"MENTES CREATIVAS: CUENTOS INNOVADORES CON IA" - INSTITUCION EDUCATIVA NUEVA ESPERANZA

INSTITUCION EDUCATIVA NUEVA ESPERANZA 

PROYECTO DE LECTURA - ESCRITURA Y ORALIDAD

Profesor: Anselmo Benítez Ramos

Objetivos del proyecto.

  1. Fomentar la creatividad: El proyecto puede estimular la imaginación y la creatividad de los estudiantes al desafiarlos a escribir cuentos originales.

  2. Integrar la tecnología: Al utilizar inteligencia artificial, los estudiantes tendrán la oportunidad de experimentar con tecnologías emergentes y aprender cómo pueden complementar y potenciar la creatividad humana.

  3. Desarrollar habilidades de escritura: Escribir cuentos implica desarrollar habilidades de escritura, organización de ideas y narración de historias, lo que beneficia el desarrollo lingüístico y comunicativo de los estudiantes.

  4. Promover la colaboración: Al trabajar en un proyecto conjunto, los estudiantes pueden colaborar entre sí, compartir ideas y aprender unos de otros, fomentando así el trabajo en equipo y la cooperación.

  5. Explorar la inteligencia artificial: Los estudiantes tendrán la oportunidad de aprender sobre inteligencia artificial, comprender cómo funciona y experimentar con sus aplicaciones prácticas en la escritura creativa.

  6. Generar contenido significativo: El blog creado por los estudiantes será un espacio donde podrán compartir sus creaciones con una audiencia más amplia, lo que les brindará una plataforma para expresarse y compartir su trabajo con el mundo.

En resumen, el objetivo del proyecto es proporcionar a los estudiantes una experiencia educativa enriquecedora que combine la escritura creativa con el uso de tecnología avanzada, fomentando el desarrollo de habilidades claves y la promoción de la expresión personal y la creatividad.


Mi reflexión personal con este proyecto

¡Apreciados estudiantes!

En el vasto universo de la creatividad, cada uno de ustedes es una estrella brillante con una historia única por contar. En el Blog Mentes Creativas Inene, tenemos la oportunidad de dar vida a esas historias, de compartir nuestros mundos imaginarios con el mundo entero.

La magia de la escritura no solo radica en plasmar palabras en papel, sino en transportarnos a mundos desconocidos, en explorar los recovecos de nuestra mente y en compartir nuestras experiencias con los demás. Cada relato que publicamos es una ventana abierta hacia nuestra imaginación, una invitación para que otros se sumerjan en nuestros sueños y vivan nuestras aventuras.

¿Por qué deberíamos leer nuestras propias historias publicadas en el blog? Porque cada palabra, cada frase, es un testimonio de nuestro esfuerzo y creatividad. Es un recordatorio de que somos capaces de dar vida a mundos nuevos, de inspirar a otros con nuestras ideas y de dejar una huella imborrable en el corazón de quienes nos leen.

Cuando compartimos nuestras historias, no solo estamos mostrando al mundo lo que somos capaces de hacer, sino que también estamos creando un vínculo único con quienes nos rodean. Cada comentario, cada reacción, nos impulsa a seguir adelante, a superarnos a nosotros mismos y a alcanzar nuevas alturas en nuestra escritura.

Entonces, ¿Qué esperamos? Sumérgete en el Blog Mentes Creativas Inene  y descubre el tesoro de historias que nuestros compañeros han compartido. Déjate llevar por la imaginación, encuentra inspiración en cada relato y, lo más importante, ¡no dudes en compartir tus propias historias con el mundo!

Por ultimo el recurso de la Inteligencia Artificial que es nuestro coautor de las escrituras en este proyecto es un aliado que nos ayudara a explorar todo ese mundo imaginario de historias que alguna vez quisimos y no pudimos expresar...

Bienvenidos estudiantes en general.


CUENTOS, LEYENDAS, POEMAS Y CANCIONES INENISTAS


El Llanto del Arroyo

Coautor: Mishel Licona 9°C con I-A.

En las horas crepusculares del poblado, cuando el sol comenzaba a ocultarse tras las colinas y las sombras se alargaban sobre el paisaje, un llanto misterioso y tenebroso emergía desde detrás del arroyo. Era un llanto de niño, agudo y lastimero, que penetraba en los corazones de quienes lo escuchaban. La gente del lugar se estremecía al oírlo, pues sabían que no era un llanto común, sino el eco de un dolor profundo y desconocido.

Nadie sabía de dónde provenía aquel llanto, ni quién era el niño que lo emitía. Algunos murmuraban que era el espíritu de un niño perdido en el bosque, otros decían que era el fantasma de un niño que había sufrido una muerte trágica. Pero nadie se atrevía a aventurarse detrás del arroyo para descubrir la verdad.

Cada tarde, cuando el llanto comenzaba, las personas del poblado se apresuraban a encerrarse en sus hogares, temerosas de lo que pudiera suceder. Algunos rezaban en silencio, mientras otros trataban de ignorar el sonido desgarrador que llenaba el aire. Pero nadie se atrevía a salir a investigar.

Pasaron los días, las semanas y los meses, y el misterio del llanto del arroyo persistía. Las autoridades locales intentaron buscar al niño, pero sus esfuerzos fueron en vano. No había rastro alguno del origen de aquel llanto, y el pueblo vivía en un estado de constante inquietud.

Una noche, un joven valiente decidió enfrentarse al misterio. Armado solo con una linterna y su coraje, se aventuró detrás del arroyo en busca del origen del llanto. El bosque estaba envuelto en una oscuridad espesa, y el sonido del agua corriendo entre las piedras llenaba el aire. El joven avanzaba con determinación, siguiendo el eco del llanto que resonaba a lo lejos.

Finalmente, llegó a una pequeña cueva oculta entre los árboles. La luz de su linterna iluminó la entrada, revelando una escena desgarradora. En el interior de la cueva, yacía un esqueleto de un niño, rodeado de juguetes rotos y desgastados por el tiempo. El joven sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de que aquel niño había estado llorando en soledad durante años, esperando ser encontrado.

Con un gesto de reverencia, el joven salió de la cueva y regresó al pueblo para contar lo que había descubierto. El llanto del arroyo cesó esa noche, pero el recuerdo del niño perdido perduró en la memoria del pueblo para siempre. Y aunque el misterio fue resuelto, la tristeza y el pesar por la vida perdida seguían flotando en el aire, recordando a todos la importancia de nunca ignorar el sufrimiento de los demás.

Desde entonces, el arroyo se convirtió en un lugar sagrado para el pueblo, donde cada año se celebraba una ceremonia en honor al niño perdido, para asegurarse de que su memoria nunca fuera olvidada.


 Tu Foto en mi teléfono (Canción Ritmo Urbano)

Coautor: Davinson Beltran y Gabriel Diaz 9-A con I-A

Verso 1

Mirando tu foto en el celular, Se despiertan en mí ganas de volar, De besarte y abrazarte sin cesar, Sentirte cerca, no quiero esperar.

Coro

Porque tú eres mi suerte, mi razón de ser, Quiero sentir lo que tú sientes por mí, mujer, Me siento morir cuando pienso en ti, Sin ti, mi vida carece de color, de sentido aquí.

Coro

Tú, eres la luz que ilumina mi camino, Quiero perderme en tus brazos, ser tu destino, Besar tus labios y sentir tu aliento, En cada momento, contigo quiero estar contento.

Verso 2

Cada vez que pienso en ti, mi corazón late fuerte, No puedo evitar quererte con cada fibra de mi suerte, Tus ojos son el reflejo de mi felicidad, Tu sonrisa, mi anhelo, mi eterna verdad.

Coro

Porque tú eres mi suerte, mi razón de ser, Quiero sentir lo que tú sientes por mí, mujer, Me siento morir cuando pienso en ti, Sin ti, mi vida carece de color, de sentido aquí.

Coro

Tú, eres la luz que ilumina mi camino, Quiero perderme en tus brazos, ser tu destino, Besar tus labios y sentir tu aliento, En cada momento, contigo quiero estar contento.

No hay distancia ni obstáculo que pueda separarnos, Nuestro amor es más fuerte que todos los desencantos, Quiero estar contigo, sentirte cerca de mí, Juntos, vivir nuestra propia fantasía.

Coro

Tú, eres la luz que ilumina mi camino, Quiero perderme en tus brazos, ser tu destino, Besar tus labios y sentir tu aliento, En cada momento, contigo quiero estar contento.


Cuento: La llorona

Coautor: Santiago Buelvas Grupo 9-D con I-A

Érase una vez, en un pequeño pueblo rodeado por densos bosques y serenos ríos, la leyenda de "La Llorona" se tejía entre susurros y misterios. En las noches oscuras, cuando la luna se asomaba tímidamente entre las nubes, se decía que se podía escuchar el lamento desgarrador de una mujer que vagaba por las orillas del río, buscando desesperadamente algo que había perdido.

 

La historia comenzó hace muchos años, en un tiempo donde el amor y la tragedia se entrelazaron de forma trágica. María, una joven hermosa de cabellos oscuros como la noche y ojos que reflejaban la profundidad del cielo estrellado, se enamoró perdidamente de un apuesto hombre que había llegado al pueblo en busca de aventuras. Sin embargo, este hombre, encantado por la belleza de María pero cautivado por la promesa de riquezas en otras tierras, la abandonó cruelmente para seguir su destino.

 

Desconsolada y sumida en el dolor, María, en un acceso de ira y desesperación, ahogó a sus propios hijos en el río que atravesaba el pueblo, esperando así castigar al hombre que la había abandonado. Pero, al darse cuenta de la gravedad de sus actos, cayó en la locura y se arrojó también a las aguas turbulentas, maldiciendo su propia existencia y buscando en vano a sus hijos en la corriente oscura.

 

Desde entonces, se dice que el espíritu de María, conocida como "La Llorona", vaga eternamente por las orillas del río, llorando amargamente y buscando a sus hijos perdidos. Muchos han afirmado haberla visto, una figura etérea envuelta en un manto de lamentos, con sus ojos brillando con el dolor de un amor traicionado y una maternidad perdida.

 

A pesar del paso de los años, la leyenda de "La Llorona" sigue siendo parte del tejido mismo del pueblo, transmitida de generación en generación como una advertencia sobre las consecuencias devastadoras del amor no correspondido y la desesperación desbordada. Y así, en las noches tranquilas y oscuras, el eco de sus lamentos sigue resonando en los corazones de quienes habitan en aquel lugar, recordándoles que algunas historias nunca mueren, sino que se convierten en susurros eternos en la brisa de la noche.

Cuento “El Resplandor del Amor en el Atardecer”.

Coautor: Juliana Mercado – Grupo 9-C. con I-A

En un pequeño pueblo, donde el cielo se pintaba de tonos cálidos al caer la tarde, se encontraron dos almas destinadas a unirse en un amor profundo y sincero.

Era un atardecer dorado, donde los campos se mecían suavemente con la brisa y el aroma a tierra mojada llenaba el aire. En medio de ese paisaje idílico, Lucas y Sofía se encontraron por primera vez. Sus miradas se cruzaron en un instante mágico, y en ese momento supieron que estaban destinados a estar juntos.

A medida que pasaban los días, su amor florecía como las flores en primavera. Paseaban juntos por los senderos del pueblo, compartían risas bajo la luz de la luna y se prometían amor eterno al caer la noche. Pero su felicidad no pasó desapercibida para todos.

Una tarde, mientras paseaban de la mano por el mercado del pueblo, una mujer misteriosa apareció en sus vidas. Con su belleza exótica y su mirada penetrante, intentó sembrar la duda en el corazón de Lucas. Con artimañas y engaños, trató de alejarlo de Sofía, convenciéndolo de que su amor era un error.

Pero el lazo entre Lucas y Sofía era demasiado fuerte para ser deshecho por las artimañas de una extraña. A pesar de los obstáculos y las adversidades, su amor solo se fortaleció con cada desafío. Se aferraron el uno al otro con más fuerza que nunca, decididos a no dejar que nada ni nadie se interpusiera en su camino hacia la felicidad.

Con el tiempo, la mujer misteriosa desapareció de sus vidas, incapaz de romper el vínculo inquebrantable que unía a Lucas y Sofía. Y así, bajo el cálido resplandor del atardecer en su pueblo, juraron amarse y protegerse mutuamente por el resto de sus días, sabiendo que juntos podrían superar cualquier obstáculo que la vida les presentara.

CUENTO "La Sombra del Vínculo Maternal"

Coautor: Luz Elena Sierra Loaiza” Grupo 9-C con I-A

En un tranquilo vecindario, en una casa de paredes blancas y ventanas adornadas con cortinas de encaje, vivía Elice junto a su esposo y su recién nacido. Todo parecía sereno en el exterior, pero en el interior de Elice, una tormenta de temor y desconfianza se estaba gestando.

Desde el momento en que sostuvo a su bebé en sus brazos por primera vez, Elice sintió una inexplicable sensación de miedo. A pesar de las sonrisas y felicitaciones de los demás, ella percibía en la mirada del pequeño una oscuridad que la atemorizaba. Convencida de que su hijo tenía intenciones malévolas hacia ella, Elice comenzó a experimentar una paranoia incontrolable.

Su esposo, preocupado por la salud mental de su esposa, buscó la ayuda de médicos y especialistas. Todos le aseguraron que era normal sentirse ansiosa después del parto, que la conexión entre madre e hijo a veces puede llevar tiempo en consolidarse. Sin embargo, para Elice, esas palabras caían en oídos sordos. Estaba convencida de que su bebé la observaba con ojos malignos, planeando hacerle daño.

A medida que pasaban los días, la paranoia de Elice se intensificaba. Desarrolló rituales obsesivos para protegerse a sí misma y a su hijo de lo que ella consideraba sus oscuros designios. Colocaba amuletos alrededor de la cuna, quemaba incienso para purificar el aire y rezaba sin cesar por la seguridad de su familia.

Su esposo intentaba apoyarla en todo lo posible, pero la creciente brecha entre ellos era evidente. Para él, su hijo era una bendición, un rayo de luz en sus vidas. Pero para Elice, cada momento con el bebé era una batalla interna entre el amor maternal y el miedo paralizante.

La situación alcanzó su punto máximo una noche oscura y tormentosa. Mientras Elice vigilaba el sueño de su hijo, sintió una presencia siniestra en la habitación. Convencida de que era su hijo quien la acechaba, se aferró a él con desesperación, tratando de protegerse de lo que creía era su destino inevitable: ser asesinada por su propio hijo.

Al amanecer, su esposo encontró a Elice acurrucada en la cuna, temblando de miedo. Fue entonces cuando finalmente comprendió la profundidad de la angustia de su esposa. Juntos buscaron ayuda profesional, y con el apoyo de terapeutas y medicamentos, Elice poco a poco comenzó a recuperar su cordura.

Con el tiempo, la oscuridad que envolvía a Elice se disipó, dejando espacio para el amor y la conexión con su hijo. Aunque las cicatrices de su lucha interna permanecerían para siempre, Elice encontró consuelo en el hecho de que nunca más tendría que enfrentar sus miedos sola. Con el apoyo de su esposo y el amor incondicional de su hijo, encontró la fuerza para superar la tormenta y abrazar la luz que siempre había estado allí, esperando ser descubierta.


Destino Entrelazado

Coautor: Omar Conde  9°C con I-A.

En un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y montañas imponentes, dos jóvenes se encontraron en un día que parecía como cualquier otro, pero que marcaría el inicio de una historia de amor destinada a desafiar todas las adversidades.

Él, Martín, provenía de una familia adinerada que vivía en una lujosa mansión en las afueras del pueblo. Ella, María, era hija de unos humildes campesinos que trabajaban la tierra con esfuerzo y dedicación.

A pesar de las diferencias sociales que separaban sus mundos, Martín y María se encontraron en una feria local. Sus miradas se cruzaron y en ese instante supieron que estaban destinados a estar juntos. Se enamoraron profundamente, sin límites ni barreras, llenos de ilusiones y sueños compartidos.

Pero el destino no siempre es indulgente con aquellos que se atreven a desafiar las normas establecidas. Cuando la familia de Martín se enteró de la relación con María, se opusieron rotundamente. Consideraban que una unión con alguien de origen humilde mancharía el prestigio y el linaje de la familia.

A pesar de las advertencias y presiones, Martín y María continuaron viéndose a escondidas, encontrando momentos de felicidad en medio de la adversidad. Sin embargo, la presión de los padres de Martín se volvió insostenible, y la pareja se vio obligada a separarse cuando fueron enviados a ciudades distintas para alejarlos.

El tiempo pasó, y la distancia no logró apagar el fuego de su amor. Martín y María se reencontraron años después en la universidad, donde ambos estudiaban con la esperanza de labrarse un futuro mejor. Al volver a encontrarse, todas las emociones y recuerdos del pasado resurgieron con fuerza, y comprendieron que su amor era más fuerte que cualquier obstáculo.

Decidieron darle una segunda oportunidad a su relación, esta vez con la determinación de enfrentar juntos cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Con el tiempo, se graduaron, consiguieron empleos estables y formaron una familia llena de amor y complicidad.

Martín y María demostraron que el amor verdadero puede superar todas las barreras, incluso las impuestas por la sociedad y las diferencias económicas. Con su valentía y perseverancia, construyeron un hogar donde reinaba la felicidad y la armonía, demostrando que el amor verdadero es capaz de vencer cualquier obstáculo y brindar una vida llena de dicha y plenitud.


MAS ALLA DE LAS VOCES (Una historia de amor)

Coautor: Ana Salazar 9-B con I-A

En un mundo donde las expectativas sociales y las opiniones de los demás pesaban tanto como el peso de las montañas, dos almas encontraron su propio camino hacia el amor en medio de la adversidad.

En un bullicioso vecindario donde todos parecían conocer los secretos del otro, se encontraron María y Juan. Ella, una joven de espíritu libre y corazón valiente, y él, un soñador empedernido con una sonrisa que iluminaba incluso los días más oscuros.

Desde el momento en que sus miradas se cruzaron por primera vez, supieron que estaban destinados a estar juntos. Pero en un mundo donde las diferencias sociales y las expectativas familiares dictaban las reglas del juego, su amor parecía una utopía.

Los amigos de María la instaban a encontrar a alguien "más adecuado" para ella, alguien que pudiera darle estabilidad y seguridad financiera. La familia de Juan, por su parte, desaprobaba su relación con María, considerándola una distracción de sus responsabilidades y aspiraciones.

A pesar de todas las voces en su contra, María y Juan se aferraron el uno al otro con una fuerza inquebrantable. Su conexión trascendía las barreras impuestas por el mundo exterior, y juntos descubrieron un amor que era más grande que cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

En medio de la adversidad, encontraron refugio en los brazos del otro, compartiendo risas en los momentos de alegría y consolándose mutuamente en los momentos de tristeza. Se prometieron el uno al otro que lucharían por su amor, sin importar cuán difícil pareciera el camino.

A medida que el tiempo pasaba, las voces de la sociedad y las expectativas familiares se desvanecían en el fondo, mientras María y Juan construían un futuro juntos, basado en el amor, la confianza y la complicidad. Y así, en medio de un mundo que intentaba separarlos, encontraron en su amor la fuerza para resistir y escribir su propia historia, una historia de amor que desafió todas las probabilidades.


Historia de Amor

"El Eco de un Amor Silenciado".

Coautor: Sandrith Grado Noveno con I-A

En un pequeño pueblo donde las calles estaban bordeadas de árboles frondosos y el aire estaba impregnado con el aroma de las flores silvestres, vivían Ana y Daniel. Ana era una joven amante de la poesía, con ojos que brillaban como estrellas en la noche. Daniel, por otro lado, era un espíritu libre, con una sonrisa que podía iluminar hasta el día más gris.

Desde que eran niños, Ana había estado secretamente enamorada de Daniel. Lo observaba desde lejos, admirando su forma de ser y soñando con un día poder compartir sus sentimientos con él. Sin embargo, el destino parecía tener otros planes para ellos.

Daniel tenía una novia, Clara, una chica encantadora que parecía haber conquistado su corazón desde el primer momento en que se conocieron. A pesar de sus sentimientos por Ana, Daniel se sentía leal a Clara y no podía imaginar su vida sin ella.

Los años pasaron, y Ana continuó guardando su amor en silencio, viendo desde la distancia cómo Daniel y Clara compartían momentos de felicidad juntos. A pesar del dolor en su corazón, Ana nunca dejó de desear la felicidad de Daniel, incluso si eso significaba que nunca podría ser parte de ella.

Pero el destino tenía preparada una última vuelta de tuerca. Un día, mientras paseaba por el parque, Ana se encontró con Daniel, quien lucía visiblemente preocupado. Con voz temblorosa, Daniel confesó a Ana que su relación con Clara había llegado a su fin. Se dio cuenta tarde de los sentimientos que Ana despertaba en él, y ahora que estaba libre, quería estar con ella.

Sin embargo, el tiempo y las circunstancias habían cambiado a Ana. A pesar de que seguía sintiendo amor por Daniel en lo más profundo de su ser, las heridas del pasado aún estaban frescas en su corazón. Ya no podía entregarse a él de la misma manera que lo había hecho antes.

Con el corazón roto, Daniel vio cómo el amor de su vida se alejaba, incapaz de perdonarle por no darse cuenta de sus sentimientos antes. Ana, por su parte, caminó hacia adelante con valentía, sabiendo que aunque su historia de amor nunca se realizó, había encontrado la fuerza para seguir adelante y buscar su propia felicidad en otros lugares.


Cuento: EL RÍO MAGDALENA.

Coautor: Miguel Jaraba Grupo 9-D con I-A

En las orillas del majestuoso río Magdalena, donde la vida fluye con la corriente, vivía una joven pescadora llamada Ana. Desde muy pequeña, Ana había aprendido a amar y respetar las aguas del río, pues era su fuente de sustento y también de inspiración. Todos los días, al amanecer, Ana se adentraba en las aguas para pescar, mientras el sol pintaba el cielo con tonos dorados y naranjas.

 

Un día, mientras remaba en su pequeña canoa, Ana escuchó un suave murmullo que parecía provenir de las profundidades del río. Intrigada, se acercó con cautela y descubrió a una misteriosa criatura atrapada entre las raíces de un árbol sumergido. Era un delfín de agua dulce, con ojos brillantes y una mirada suplicante.


La Leyenda de la Bola de Fuego

Coautor: Emmanuel Arias Martínez grupo 9-B con I-A

Había un pequeño pueblo costeño llamado Bahía Esmeralda, donde el murmullo de las olas era el constante acompañante de la vida cotidiana. Pero, tras la caída del sol, el tranquilo aire marino se llenaba de misterio y temor.

Según los lugareños, después de las 10 de la noche, una bola de fuego emergía de las sombras, danzando entre las callejuelas estrechas del pueblo. Era una visión terrorífica: una esfera ardiente que crepitaba con una luz anaranjada y que parecía estar buscando algo... o alguien.

La gente del pueblo estaba aterrorizada. Todos cerraban sus puertas y ventanas temprano, rezando para que la bola de fuego no se atreviera a tocar sus hogares. Pero incluso con las puertas cerradas, el temor se colaba en cada rincón de Bahía Esmeralda.

Una noche, mientras la bola de fuego recorría las calles desiertas, un niño llamado Mateo observaba desde la ventana de su humilde hogar. La curiosidad superó su miedo y decidió investigar. Sigilosamente, salió de su casa y siguió el rastro de luz anaranjada que se movía con gracia entre los edificios.

La bola de fuego parecía tener voluntad propia. Se detenía frente a las casas con las puertas abiertas y, con un repentino estallido, se lanzaba hacia el interior, dejando tras de sí una estela de humo y cenizas. Los gritos de terror resonaban en la noche mientras las familias veían con horror cómo sus hogares eran consumidos por las llamas.

Mateo, con valentía, se acercó más y más a la bola de fuego. Podía sentir el calor abrasador que emanaba de ella, pero algo en su interior le decía que no era malvada. Se acercó aún más, extendiendo la mano hacia la esfera ardiente.

Entonces, algo sorprendente sucedió. La bola de fuego se detuvo ante él, brillando con una intensidad suave y reconfortante. Mateo pudo ver en su interior sombras danzantes, figuras que parecían susurrarle palabras de aliento.

Con valentía, Mateo habló con la bola de fuego, preguntándole qué era y por qué causaba tanto miedo. La esfera le contó una antigua historia: mucho tiempo atrás, Bahía Esmeralda estaba habitada por espíritus protectores que velaban por la seguridad del pueblo. Pero con el paso de los años, la gente se olvidó de honrar a esos espíritus, y su ira se manifestó en la forma de la bola de fuego.

Sin embargo, la bola de fuego no quería dañar a los habitantes del pueblo. Solo buscaba recordarles la importancia de respetar a los seres que cuidaban de ellos desde el más allá.

Impulsado por la comprensión y la empatía, Mateo prometió ayudar a restaurar la relación entre el pueblo y los espíritus protectores. Con el tiempo, Bahía Esmeralda volvió a ser un lugar de paz y armonía, donde la bola de fuego ya no causaba terror, sino que era vista como un recordatorio de la importancia de la conexión con lo sobrenatural.

Y así, la leyenda de la bola de fuego se convirtió en una historia de redención y reconciliación para el pueblo costeño de Bahía Esmeralda.

La Leyenda de La Llorona en La Gran Colombia

Coautor: Yudys Maria Grupo 9-B con I-A

En el tranquilo barrio de La Gran Colombia, donde las calles adoquinadas se entrelazaban con casas antiguas y árboles centenarios, existía una leyenda que hacía estremecer hasta al más valiente de los habitantes: la leyenda de La Llorona.

Se decía que después de la medianoche, cuando la oscuridad envolvía las calles como un manto negro, un lamento desgarrador se escuchaba entre las sombras. Era el llanto de una mujer que vagaba por las calles del barrio, llamando con desesperación a sus hijos perdidos.

Los lugareños susurraban entre ellos, advirtiendo a los más jóvenes de no salir después de las doce, pues la Llorona acechaba a los niños que se aventuraban por las calles desiertas a esas horas tardías. Se contaba que la Llorona, con su vestido blanco empapado en lágrimas y su rostro cubierto por un velo oscuro, se llevaba a los niños que encontraba a su paso, añadiéndolos a su eterna búsqueda de redención.

Pero, ¿quién era realmente la Llorona? Según la leyenda, era una mujer hermosa y desdichada que vivía en La Gran Colombia hace muchos años. Su nombre era María, y estaba profundamente enamorada de un hombre noble y apuesto que la abandonó por una mujer de alta alcurnia.

Desesperada y sumida en la desesperación, María se aferraba a sus hijos como única fuente de consuelo. Pero una noche, en un arrebato de locura y desesperación, María, cegada por la angustia, ahogó a sus propios hijos en el río que serpenteba cerca del barrio, antes de arrepentirse de su terrible acto.

Desde entonces, su alma atormentada vagaba eternamente por las calles de La Gran Colombia, buscando a sus hijos perdidos y lamentando su trágico destino. Se decía que aquellos que se encontraban con la Llorona quedaban marcados para siempre, condenados a vivir atormentados por sus lamentos hasta el fin de sus días.

Pero, a pesar del terror que inspiraba su presencia, algunos lugareños creían que la Llorona no era un ser maligno, sino una alma en pena que buscaba la redención y la paz para sí misma y para sus hijos.

Y así, en las noches oscuras del barrio La Gran Colombia, el lamento de la Llorona seguía resonando entre las sombras, recordando a todos los que lo escuchaban la fragilidad del alma humana y la importancia del perdón y la compasión.


El Valor de Aprender de la Vida

Coautor: Mary 9-B con I-A

En un tranquilo pueblo rodeado de montañas y bañado por el resplandor dorado del sol naciente, vivía una niña llamada Elena. Con sus grandes ojos avellana y su cabello oscuro como la noche, Elena irradiaba curiosidad y energía en cada paso que daba.

Desde pequeña, Elena había aprendido que la vida no siempre era fácil. Su familia no era rica, pero tampoco pobre; vivían con lo justo y necesario para sobrevivir. A pesar de las limitaciones económicas, sus padres siempre le brindaban amor y apoyo incondicional.

Sin embargo, Elena anhelaba cosas que sus padres no podían darle. Soñaba con tener juguetes nuevos, ropa de moda y viajar a lugares lejanos que veía en la televisión. A menudo, se quejaba con sus padres, exigiendo más y más, sin comprender el verdadero valor de las cosas.

Un día, Elena presenció algo que cambiaría su perspectiva para siempre. Mientras paseaba por el mercado del pueblo, vio a una anciana vendiendo flores en un rincón apartado. La mujer tenía arrugas profundas en el rostro y las manos curtidas por el trabajo, pero su sonrisa irradiaba una paz y una sabiduría que capturaron el corazón de Elena.

Intrigada, Elena se acercó a la anciana y entabló conversación con ella. La mujer le contó historias sobre la vida, el amor y la importancia de valorar lo que se tiene. Habló de los sacrificios que había hecho para criar a sus hijos, de las adversidades que había enfrentado y de cómo había aprendido a encontrar la felicidad en las cosas simples de la vida.

Aquellas palabras resonaron en el corazón de Elena como un eco lejano. Se dio cuenta de lo egoísta que había sido, de cómo había dado por sentado el amor y el sacrificio de sus padres. Decidió cambiar su actitud y comenzó a ayudar en casa, agradeciendo cada comida en la mesa y cada gesto de cariño recibido.

Con el tiempo, Elena comprendió que la vida no se trataba de tener cosas materiales, sino de apreciar lo que realmente importa: el amor, la familia y los momentos compartidos. Aprendió a valorar el esfuerzo y el sacrificio, y se convirtió en una persona más comprensiva y empática.

Y así, mientras el sol se ponía sobre las montañas y pintaba el cielo de tonos dorados y rosados, Elena caminaba con la cabeza en alto, sabiendo que había encontrado el verdadero valor de aprender de la vida.


El Niño de la Oscuridad

Coautor: Naidid Grupo 9-B con I-A

En un pequeño pueblo rodeado de bosques tupidos y antiguos, vivían un grupo de amigos que compartían aventuras y juegos bajo el resplandor del sol y la sombra de los árboles. Entre sus juegos favoritos estaba el escondido, donde se escondían en los lugares más insólitos mientras uno de ellos contaba hasta cien.

Sin embargo, en cada partida de escondido, algo extraño ocurría. Mientras buscaban a sus amigos, una de las niñas, llamada Sofía, siempre veía a un niño llorando en la oscuridad de los árboles. Este niño, vestido con ropas oscuras que parecían absorber la luz del sol, nunca mostraba su rostro y solo emitía lamentos silenciosos que hacían estremecer a Sofía.

Al principio, Sofía pensó que era su imaginación, pero cada vez que jugaban al escondido, el niño aparecía, siempre en la misma posición, siempre llorando en silencio. Intrigada y preocupada, un día Sofía decidió acercarse al niño.

—¿Por qué lloras? —preguntó con voz temblorosa.

El niño, con la mirada perdida en la oscuridad, respondió con voz suave pero llena de tristeza: —Estoy perdido.

Las palabras del niño resonaron en el corazón de Sofía, quien sintió compasión por él. Decidió ayudarlo a encontrar el camino de regreso a casa. Tomándolo de la mano, lo llevó hacia el pueblo, esperando encontrar a sus padres o algún adulto que pudiera ayudarlo.

Pero a medida que se acercaban al pueblo, el niño se volvía cada vez más inquieto, como si temiera lo que encontrarían allí. Sofía comenzó a sospechar que algo no estaba bien, que tal vez el niño no pertenecía a este mundo, sino a algún lugar más allá de la oscuridad de los bosques.

Decidida a ayudarlo, Sofía investigó más sobre la historia del pueblo y descubrió que hace muchos años, un niño había desaparecido en el bosque sin dejar rastro. Se decía que su espíritu aún vagaba entre los árboles, buscando el camino de regreso a casa.

Con esta revelación, Sofía entendió que el niño que lloraba en la oscuridad era un alma perdida en busca de paz. Decidió acompañarlo de regreso al bosque, donde juntos enfrentaron sus miedos y encontraron la luz en medio de la oscuridad.

Desde entonces, el niño ya no apareció en los juegos de escondido. Se dice que encontró la paz que tanto anhelaba y que ahora cuida de los niños que se aventuran en los bosques, protegiéndolos de los peligros que acechan en la oscuridad.

Y así, entre risas y susurros, los amigos continuaron sus juegos en el pueblo, sabiendo que, aunque la oscuridad puede ocultar muchos secretos, también puede revelar la luz que hay en el corazón de aquellos que están perdidos.


El Secreto del Árbol Silbador

Coautor: Eva Narvaez 9-B con I-A

En un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y bosques frondosos, vivía una niña llamada Karolay. Con su cabello rizado como el sol y sus ojos curiosos como el cielo azul, Karolay era conocida por su valentía y su espíritu aventurero.

Una tarde, mientras jugaba en el jardín de su casa, Karolay escuchó un ruido extraño que venía del bosque cercano. Era un silbido agudo y espeluznante que parecía susurrar entre los árboles. Intrigada y un poco asustada, Karolay decidió investigar.

Siguiendo el sonido del silbido, Karolay se adentró en el bosque, dejando atrás el familiar resplandor del sol y adentrándose en la penumbra de los árboles. El silbido se volvía cada vez más fuerte y persistente, guiándola hacia un viejo árbol centenario que se alzaba majestuoso en medio del bosque.

Karolay se acercó con cautela al árbol, sintiendo cómo el viento susurraba entre sus ramas y cómo las hojas crujían bajo sus pies. El silbido parecía provenir del tronco hueco del árbol, donde una oscura cavidad se abría como una boca hambrienta.

Con el corazón latiendo con fuerza, Karolay se asomó al interior del árbol y descubrió el origen del misterioso silbido: una pequeña criatura alada, con ojos brillantes como la luna y alas translúcidas que vibraban al ritmo del viento.

—¿Quién eres? —preguntó Karolay con asombro.

La criatura alada le sonrió con ternura y le explicó que era un guardián del bosque, encargado de proteger sus secretos y sus tesoros ocultos. El silbido era su forma de comunicarse con los habitantes del bosque y de alertar sobre peligros inminentes.

Karolay escuchó fascinada las historias que la criatura le contaba sobre el bosque: de antiguos tesoros enterrados bajo la tierra, de criaturas mágicas que habitaban en las sombras y de la importancia de proteger la naturaleza y sus habitantes.

Con el tiempo, Karolay se convirtió en amiga del guardián del bosque, explorando cada rincón y descubriendo los secretos que el bosque guardaba celosamente. Aprendió a valorar la belleza de la naturaleza y a respetar su fragilidad, prometiendo cuidar del bosque y de todas las criaturas que lo habitaban.

Y así, entre risas y susurros, Karolay y el guardián del bosque se embarcaron en innumerables aventuras, explorando los rincones más recónditos y protegiendo los secretos del bosque con amor y dedicación.


Canción Ritmo Urbano "Patillas con Azúcar"

Coautor: Lázaro 9-B con I-A

(Verse 1)

 Lázaro, Perreo y Emmanuel, Buscando las patillas en el mantel. Grandes, medianas o pequeñitas, Pero a nosotros, las grandes nos invitan.

(Chorus) 

Yo quiero ver dónde están las patillas, Dónde están las patillas, Que sean medianas o que sean grandes, Pero a mí, grandes me encantan. Y para comérmelas con azúcar, Que sea con azúcar, Si no es con azúcar, yo no quiero na'.

(Verse 2) 

En el mercado buscamos sin cesar, Las patillas jugosas que nos harán bailar. Con su sabor dulce y su aroma a verano, No hay nada más delicioso en este plano.

(Chorus)

 Yo quiero ver dónde están las patillas, Dónde están las patillas, Que sean medianas o que sean grandes, Pero a mí, grandes me encantan. Y para comérmelas con azúcar, Que sea con azúcar, Si no es con azúcar, yo no quiero na'.

(Bridge)

 Lázaro, Perreo, y Emmanuel, Buscando las patillas por doquier. Con cada bocado, una sonrisa, Porque las patillas con azúcar, son la delicia.

(Chorus) 

Yo quiero ver dónde están las patillas, Dónde están las patillas, Que sean medianas o que sean grandes, Pero a mí, grandes me encantan. Y para comérmelas con azúcar, Que sea con azúcar, Si no es con azúcar, yo no quiero na'.


El Niño que Inventaba Historias

Coautor: Aldrin Rafael Navarro, Grupo 9-D con I-A

En un tranquilo pueblo, había un niño llamado Marcos. Desde pequeño, Marcos tenía una imaginación desbordante, pero también tenía una tendencia a inventar historias. No eran solo pequeñas mentiras para evadir castigos, sino historias elaboradas que tejía con tanta maestría que, a menudo, los demás creían en sus fantasías.

Marcos no veía nada malo en mentir. Para él, era como un juego, una forma de divertirse y de llamar la atención. No le importaba que sus padres, profesores y amigos le advirtieran sobre las consecuencias de sus mentiras. Él seguía adelante con su juego, convencido de que nunca sería atrapado.

Un día, en la escuela, la maestra anunció un concurso de cuentos. Marcos vio la oportunidad perfecta para demostrar su talento. Pero en lugar de escribir una historia verdadera, decidió inventar una sobre un niño que podía volar con unas alas mágicas. La historia era tan convincente que ganó el concurso y recibió un premio especial.

Sin embargo, la mentira de Marcos no pasó desapercibida por mucho tiempo. Pronto, sus amigos empezaron a dudar de sus palabras. Sus padres se sintieron decepcionados al descubrir que su hijo había engañado a todos. La confianza en él se desvaneció lentamente, y Marcos se sintió cada vez más solo.

Las consecuencias de sus mentiras empezaron a pesar sobre él. Perdió la confianza de sus amigos y la admiración de sus padres. Se dio cuenta de que las mentiras, por más creativas que fueran, solo lo llevaban a la soledad y al aislamiento.

Entonces, Marcos decidió cambiar. Aprendió que la verdad era más valiosa que cualquier fantasía. Comenzó a disculparse con aquellos a quienes había engañado y se esforzó por reconstruir la confianza que había perdido.

Con el tiempo, Marcos demostró que podía ser honesto y confiable. Aunque había aprendido su lección de la manera más difícil, su habilidad para inventar historias se convirtió en un talento que utilizaba para inspirar a otros con relatos verdaderos y emocionantes.

Y así, el niño que una vez fue conocido como el mentiroso más grande del pueblo, se convirtió en un ejemplo de honestidad y sinceridad para todos los que lo conocían.


El Libro de los Sueños Escritos

Coautor: Karolay Salcedo Grupo: 9-D con I-A

En un rincón olvidado de la bulliciosa ciudad, en una pequeña librería que apenas recibía visitas, se encontraba un libro diferente a todos los demás. No tenía título en su cubierta ni autor conocido. Estaba encuadernado en piel gastada y sus páginas desprendían un suave resplandor dorado.

La dueña de la librería, la señora Margarita, había heredado aquel libro de su abuela. Según la leyenda familiar, el libro poseía un poder extraordinario: tenía la capacidad de escribir historias basadas en los pensamientos y deseos de quien lo abriera. Pero había una condición: para que el libro escribiera, debías abrirlo, concentrarte en una historia y dejar que tus pensamientos fluyeran.

La señora Margarita nunca había creído completamente en la magia del libro, pero le encantaba la idea de que pudiera hacer realidad los sueños de quienes lo leyeran. Decidió exhibirlo en una vitrina especial, junto con otras rarezas de la librería, como un pequeño tesoro esperando ser descubierto.

Una tarde lluviosa, entró en la librería un joven llamado Mateo. Estaba buscando algo que estimulara su imaginación, algo que le permitiera escapar de la monotonía de su vida diaria. Sus ojos se posaron en el misterioso libro y sintió una extraña atracción hacia él. Decidió comprarlo, intrigado por las historias que podría encontrar en su interior.

Al llegar a casa, Mateo abrió el libro con curiosidad. Pensó en un mundo de aventuras, donde los dragones surcaran los cielos y los caballeros lucharan por el honor. Para su sorpresa, las palabras empezaron a aparecer en las páginas, formando la historia que había imaginado.

Emocionado, Mateo pasó horas sumergido en las páginas del libro, dejando volar su imaginación y explorando mundos que solo existían en sus sueños. Cada historia que imaginaba cobraba vida frente a sus ojos, transportándolo a lugares lejanos y emocionantes.

Pero pronto, Mateo descubrió que el poder del libro no solo traía alegría y emoción. Sus pensamientos más oscuros y temores también se plasmaban en las páginas, creando pesadillas de las que no podía escapar. Se dio cuenta de que el poder del libro era una responsabilidad que debía manejar con cuidado.

Decidió compartir su descubrimiento con la señora Margarita, quien le reveló la verdadera naturaleza del libro. Le advirtió sobre los peligros de dejarse llevar por pensamientos negativos y le aconsejó que utilizara el poder del libro para crear historias que trajeran luz y esperanza al mundo.

Con el tiempo, Mateo aprendió a controlar el poder del libro y a utilizarlo para inspirar a otros con sus historias. Se convirtió en un escritor famoso, conocido por sus relatos llenos de magia y aventura. Y aunque el libro seguía siendo un misterio para muchos, para Mateo era un recordatorio de que los sueños tienen el poder de hacerse realidad, si tienes el coraje de creer en ellos.


Poema: MI JARDÍN DE GIRASOLES.

Coautor: Karina Canoles Grupo: 9-D con I-A

En un jardín dorado, brillante y cálido,

donde los girasoles al sol se inclinan,

bailan las brisas con su suave cantar,

mientras las flores en amoroso palpar.


Sus pétalos dorados, como soles en la tierra,

iluminan el día con su luz sincera.

En cada mirada, una sonrisa asoma,

en cada paso, un corazón se asoma.


Las abejas zumban con un ritmo alegre,

llenando el aire con su dulce ofrenda,

mientras las mariposas danzan sin cesar,

en un ballet eterno de pura felicidad.


En este jardín de sueños y esplendor,

donde el tiempo parece detener su ardor,

los girasoles se alzan en un canto de amor,

uniendo al mundo en un solo resplandor.


La Princesa del Bosque Encantado

Coautor: Naidelin Saez grupo: 9-D con I-A

Había una vez en un reino lejano, una hermosa princesa llamada Isabella. Isabella era la hija del rey y la reina, y su castillo estaba rodeado de exuberantes bosques llenos de secretos y misterios. Un día, mientras exploraba el bosque, Isabella se aventuró más allá de sus límites habituales y se adentró en un sendero desconocido.

A medida que avanzaba, el bosque parecía transformarse a su alrededor, los árboles se inclinaban misteriosamente y los sonidos se volvían más extraños. Sin darse cuenta, Isabella se había adentrado en el Bosque Encantado, un lugar donde el tiempo y el espacio seguían reglas distintas a las del mundo exterior.

Pronto, Isabella se dio cuenta de que se había perdido. No reconocía los senderos ni los árboles a su alrededor. Intentó volver sobre sus pasos, pero cada camino parecía llevarla más lejos de su hogar. La princesa se sintió desesperada y sola, preguntándose si alguna vez volvería a ver las torres de su castillo.

Mientras vagaba por el bosque, Isabella se encontró con extrañas criaturas que habitaban en sus profundidades: hadas danzarinas, duendes curiosos y hasta un dragón amistoso que le ofreció su ayuda. Pero ninguno de ellos podía guiarla de vuelta a casa.

Después de días de búsqueda infructuosa, Isabella se encontró con una anciana sabia que vivía en una cabaña oculta en lo más profundo del bosque. La anciana le contó a Isabella sobre la magia del Bosque Encantado y cómo solo aquellos con un corazón puro podían encontrar su camino de regreso.

Con renovada determinación, Isabella decidió confiar en su intuición y en el poder del amor que sentía por su familia. Cerró los ojos y visualizó el castillo en su mente, recordando cada detalle con claridad. Y entonces, como por arte de magia, el bosque pareció abrirse ante ella, revelando un camino iluminado por la luz del sol.

Siguiendo el sendero, Isabella finalmente emergió del Bosque Encantado y se encontró frente a las imponentes murallas de su castillo. Sus padres la recibieron con alegría y alivio, abrazándola con ternura. Isabella había regresado a casa, pero su aventura en el Bosque Encantado le había enseñado una lección valiosa: el verdadero poder de la determinación y el amor para superar cualquier obstáculo.

Y así, la princesa Isabella continuó su vida en el castillo, pero nunca olvidó la magia y los misterios del Bosque Encantado, un lugar que siempre guardaría en su corazón como un recordatorio de su valentía y su fuerza interior.


Canción "Ladrón de Corazones" Ritmo Urbano

Coautor: Ricardo Jose Lobo Vergara 9-A con I-A

(Verse 1) Quisiera ser la estrella en tu cielo, Brillar tan fuerte como tú, mi anhelo. Quisiera ser el sol que te caliente, Con todo el fuego que en mí se siente.

(Chorus) Quisiera ser un ladrón en tu camino, Robarte el corazón, ser tu destino. Bailar contigo bajo la luna llena, Ser el dueño de tus noches, tu condena.

(Verse 2) Quisiera ser el viento en tu cabello, Susurrarte secretos al oído, mi anhelo. Quisiera ser el mar que te acaricia, Llevarte lejos en mi marea de delicia.

(Chorus) Quisiera ser un ladrón en tu camino, Robarte el corazón, ser tu destino. Bailar contigo bajo la luna llena, Ser el dueño de tus noches, tu condena.

(Bridge) Déjame ser el verso en tu poesía, El fuego en tu frío, la melodía. Juntos en esta danza, sin final, Dos almas unidas, en un mismo portal.

(Chorus) Quisiera ser un ladrón en tu camino, Robarte el corazón, ser tu destino. Bailar contigo bajo la luna llena, Ser el dueño de tus noches, tu condena.


Poema "El Beso del Amanecer" 

Coautor: Julian Banquez Barriosnuevo 9-A con I-A

En el alba, quisiera ser el sol, Que te despierta con su cálido ardor, Pintando de dorado cada rincón, Y llenando de luz tu corazón.

Cada mañana, con un beso te saludaría, Como un fiel amante que siempre te anhelaría, Para que al despertar, tu alma sonría, Y en tus ojos se refleje la alegría.

Con suavidad acariciaría tu rostro, Como una brisa suave en pleno agosto, Queriendo ser el inicio de tu día, La melodía dulce que te guía.

Y así, en cada amanecer que llegue, Quisiera ser el sol que contigo juegue, Dándote la bienvenida con pasión, Y llenando de luz tu corazón.


Verso "Amor de Madre"

Coautores: "Noemi Valdés y Maria Jiménez" con I-A

En tus brazos, mamá, hallé cariño sincero, Calor que envolvía cada momento, verdadero. Tus palabras, dulces y sabias, me enseñaron, El verdadero significado del amor encontraron.

Desde la cuna hasta cada paso que di, Tu presencia, mamá, siempre cerca de mí. En tu abrazo encontré seguridad y paz, Un refugio donde mis miedos desvanecí.

Tus palabras como guía, como luz en la oscuridad, Enseñándome a amar, a ser compasión y bondad. Cada consejo, cada gesto, un tesoro invaluable, Modelando mi corazón con amor inquebrantable.

Hoy, en cada recuerdo, en cada gesto que hago, Tu amor, mamá, sigue siendo mi más grande halago. Porque en tus brazos encontré el verdadero hogar, Y tus palabras me enseñaron a amar de verdad.


Canción "Perdidos en el Amor" Ritmo Urbano

Coautores: Alex Ortiz y Deivinson Beltran 9-A con I-A

(Verse 1) 

Siento que el mundo se detiene, Cuando tus ojos en los míos se pierden. Eres mi luz en la oscuridad, Mi guía, mi destino, mi verdad.

(Chorus) 

Solo tú eres mi suerte, En este caos, tú eres mi fuerte. Pase lo que pase, lo juro por siempre, No quiero perderte, amor valiente.

(Verse 2)

 En cada paso, en cada instante, Eres mi luz, mi faro radiante. Contigo el tiempo se detiene, Y en tu abrazo el universo se contiene.

(Chorus) 

Solo tú eres mi suerte, En este caos, tú eres mi fuerte. Pase lo que pase, lo juro por siempre, No quiero perderte, amor valiente.

(Bridge)

 En este laberinto de la vida, Tú eres mi salida, mi guarida. Juntos contra viento y marea, Nuestra historia, una eterna epopeya.

(Chorus) 

Solo tú eres mi suerte, En este caos, tú eres mi fuerte. Pase lo que pase, lo juro por siempre, No quiero perderte, amor valiente.


Canción "Cielo Gris" Ritmo Balada

Coautor: Dany Loaiza 9-A con I-A

(Verse 1) 

El cielo es azul, pero parece gris, Desde que te fuiste, todo perdió su matiz. El mundo es blanco y negro sin tu amor, Y no sé cómo hablar ni encontrar consolación.

(Chorus) 

Cómo puedo seguir si ya no estás aquí, Si no puedo retroceder el tiempo, ni sonreír. Todo lo que veo es un cielo sin estrellas, Y tapar el sol con un dedo, ya no me consuela.

(Verse 2) 

Las calles están vacías, el silencio es profundo, Y en mi corazón, el vacío se hace rotundo. Echo de menos tu risa, tu voz en la noche, Y no sé cómo continuar, cómo encontrar derroche.

(Chorus) 

Cómo puedo seguir si ya no estás aquí, Si no puedo retroceder el tiempo, ni sonreír. Todo lo que veo es un cielo sin estrellas, Y tapar el sol con un dedo, ya no me consuela.

(Bridge) 

Quizás algún día encuentre la fuerza, Para enfrentar esta ausencia, esta adversa senda. Pero por ahora, solo puedo lamentar, El color que se desvaneció al marchar.

(Chorus) 

Cómo puedo seguir si ya no estás aquí, Si no puedo retroceder el tiempo, ni sonreír. Todo lo que veo es un cielo sin estrellas, Y tapar el sol con un dedo, ya no me consuela.


Canción "Luna y Sol" Ritmo Reguetón

Coautor Deiner Rojas Mola 9-A con I-A

(Verse 1) 

Yo quiero que tú seas mi luna, Que ilumina mi sendero en la noche oscura. Y yo quiero ser el sol que te brinda calor, Hacer tus días radiantes, mi amor.

(Pre-Chorus) 

Tú eres mi pequeña estrella brillante, Iluminando mi vida al instante. No hay sombra que pueda opacar, El resplandor de nuestro amor al brillar.

(Chorus) 

Tú eres mi vida, mi razón de ser, En cada latido te puedo ver. Bailando juntos bajo la luz del amor, Eres mi luna, mi sol, mi todo, mi motor.

(Verse 2) 

Juntos en esta danza, sin temor, Guiados por el brillo de nuestro ardor. En tus ojos encuentro mi inspiración, Eres la luz en mi oscura canción.

(Pre-Chorus) 

Tú eres mi pequeña estrella brillante, Iluminando mi vida al instante. No hay sombra que pueda opacar, El resplandor de nuestro amor al brillar.

(Chorus) 

Tú eres mi vida, mi razón de ser, En cada latido te puedo ver. Bailando juntos bajo la luz del amor, Eres mi luna, mi sol, mi todo, mi motor.

(Bridge) 

En esta noche, bajo el cielo estrellado, Nuestro amor se eleva, no hay nada pasado. Eres mi luz en la oscuridad, Juntos, para siempre, sin mirar atrás.

(Chorus) 

Tú eres mi vida, mi razón de ser, En cada latido te puedo ver. Bailando juntos bajo la luz del amor, Eres mi luna, mi sol, mi todo, mi motor.


Canción ""Sol de Amor" Ritmo Vallenato

Coautor: Luis Arrieta Novoa 9-A con I-A

(Verse 1) 

Tú eres mi sol, mi salvación, El anhelo que colma mi corazón. Sin tantas cosas, me vuelvo loco de amor, Y como un loco, por las calles yo voy.

(Pre-Coro) 

En cada paso, en cada suspiro, Tu amor me eleva, me hace sentir vivo. Eres la luz que guía mi destino, En este camino, tú eres mi camino.

(Coro) 

Tú eres mi sol, mi eterna pasión, En tus brazos encuentro redención. Con cada beso, con cada abrazo, Contigo, mi amor, yo siempre trazo.

(Verse 2) 

En cada amanecer, en cada atardecer, Eres la melodía que quiero tener. Bailando juntos al compás del vallenato, Nuestro amor es como un dulce relato.

(Pre-Coro) 

En cada paso, en cada suspiro, Tu amor me eleva, me hace sentir vivo. Eres la luz que guía mi destino, En este camino, tú eres mi camino.

(Coro) 

Tú eres mi sol, mi eterna pasión, En tus brazos encuentro redención. Con cada beso, con cada abrazo, Contigo, mi amor, yo siempre trazo.

(Puente) 

Y en las noches estrelladas, Tu amor es mi morada. Bajo el cielo azul brillante, Nuestro amor florece, radiante.

(Coro)

Tú eres mi sol, mi eterna pasión, En tus brazos encuentro redención. Con cada beso, con cada abrazo, Contigo, mi amor, yo siempre trazo.


*El Rescate del Río Encantado*


Cuento: *El Rescate del Río Encantado*

Coautor: Yorcelis salas 9-D Con I-A

Había una vez, en un pequeño pueblo olvidado, un niño moreno de ojos grandes y pestañas largas que, por azares del destino, se encontraba abandonado al lado de una caneca de basura. Su mirada, aunque perdida, reflejaba la esperanza de días mejores, y su corazón guardaba la inocencia de la infancia a pesar de las adversidades.


Un día, como tocada por la varita mágica de la compasión, una abuela del pueblo lo encontró. Con sus manos arrugadas pero llenas de amor, lo levantó con cuidado y lo llevó consigo, decidida a cambiar el rumbo de su historia.


Caminaron juntos hasta llegar a un río maravilloso, un lugar donde la naturaleza conversaba en susurros y los animales vivían en armonía. El río, con sus aguas cristalinas, era el hogar de peces que danzaban al ritmo de la corriente y aves que entonaban melodías que curaban el alma.


La abuela, conocedora de los secretos del río, le enseñó al niño a escuchar las historias que el viento traía entre las hojas de los árboles. Le mostró cómo cada animal tenía su lugar en el gran tapiz de la vida y cómo él, a pesar de su comienzo incierto, también tenía un sitio especial en este mundo.


Con cada día que pasaba, el niño aprendía a amar la naturaleza y a entender que, al igual que el río que siempre fluye, la vida continúa y se renueva. La abuela y el niño se convirtieron en guardianes del río, protegiendo a los animales y enseñando a otros niños las maravillas de ese lugar encantado.


Y así, lo que comenzó como un rescate, se transformó en una aventura de amor y aprendizaje, donde un niño que una vez estuvo perdido, encontró un hogar y una familia en los brazos amorosos de la abuela y en el corazón vibrante del río encantado.


*La Noche que Cambió a Mariana*

Coautor: Yulianys Bornachera Santos 9-D con I-A

En un pequeño pueblo donde las leyendas cobraban vida al caer la noche, vivía una niña llamada Mariana, conocida por su espíritu aventurero y su tendencia a desobedecer. Una tarde, Mariana anunció a su madre que iría a una fiesta con sus amigos. Su madre, con una mirada preocupada, le advirtió: "Si regresas tarde, ten cuidado, pues los fantasmas y las brujas rondan a los desobedientes."

Mariana, con una sonrisa desafiante, ignoró las palabras de su madre y partió hacia la fiesta. La música y la alegría la envolvieron, y el tiempo se deslizó entre risas y bailes. Fue entonces cuando las campanas del reloj anunciaron las tres de la mañana, y Mariana recordó la advertencia de su madre.

Con paso apresurado, Mariana emprendió el camino de regreso a casa. La luna llena iluminaba las calles desiertas, y un viento frío soplaba, haciendo que las sombras danzaran a su alrededor. De repente, una figura indescriptible emergió de la oscuridad, una silueta que heló la sangre de Mariana y la dejó paralizada de miedo.

La figura se desvaneció tan rápido como había aparecido, pero el susto se quedó grabado en el corazón de Mariana. Corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a su hogar, donde su madre la esperaba con los brazos abiertos y una expresión de alivio.

Mariana, aún temblando, le prometió a su madre que nunca más sería desobediente. A partir de esa noche, Mariana aprendió que algunas advertencias llevan consigo una sabiduría ancestral, y que a veces, las lecciones más importantes vienen disfrazadas de miedo y sombras.


Cuento: Mariposa Arcoiris 

Coautor: Yuleidys Baza 9-B

Había una vez en un frondoso bosque tropical, una pequeña mariposa llamada **Lila**. A diferencia de sus compañeras, Lila nació con alas transparentes y sin color. Esto la hacía sentir muy triste, pues no podía lucir los hermosos tonos que tenían las demás mariposas.


Un día, mientras volaba cerca del río, una ráfaga de viento la sorprendió y Lila cayó en las aguas de un misterioso **río de colores**. Ella no sabía que este río tenía el poder de pintar con colores todo lo que tocaba.


Mientras Lila luchaba por salir del agua, comenzó a sentir una cálida sensación recorriendo sus alas. Al llegar a la orilla, se dio cuenta de que sus alas estaban cubiertas de colores brillantes y vibrantes. El río le había regalado el más hermoso de los dones.


Desde ese día, Lila se convirtió en la mariposa más alegre del bosque, dejando un rastro de colores en cada flor que visitaba, recordando siempre que la belleza viene de formas inesperadas y que a veces, un pequeño cambio puede traer una gran felicidad.

 

Cuento "La Gotita y su amiga"

Coautor: Key Romero 9-B con I-A 

En un día caluroso de verano, cuando el sol brillaba con intensidad en el cielo y el aire apenas se movía, dos amigas muy especiales, Gotita y su inseparable compañera, se sentaron en una nube esponjosa y blanca. Desde su privilegiada posición, observaban el mundo con asombro.

Gotita, una diminuta gota de agua, y su amiga, una traviesa brisa llamada Suspiro, compartían una amistad que había perdurado a lo largo de los siglos. Juntas habían recorrido los cielos, bailando entre las nubes y jugando con los rayos del sol.

Aquella tarde, decidieron detenerse en una nube suave y esponjosa que se mecía suavemente en el cielo. Desde allí, contemplaban la Tierra extendiéndose bajo ellos, un mosaico de colores y formas que parecía cobrar vida con cada movimiento.

—¡Mira, Suspiro! —exclamó Gotita, señalando hacia abajo con entusiasmo—. ¿No te parece fascinante cómo se ve todo desde aquí arriba?

Suspiro, con su risa juguetona, respondió:

—¡Claro que sí, Gotita! Desde aquí, podemos ver los campos verdes, los ríos que serpentean entre las montañas y las ciudades que brillan como estrellas en la noche. Todo es tan interesante desde lo más alto.

Gotita asintió con alegría. La brisa fresca acariciaba sus rostros mientras continuaban observando el mundo desde su nube elevada. De repente, sus ojos se posaron en un pequeño pueblo en el valle, donde parecía estar ocurriendo algo inusual.

—¿Qué crees que esté pasando allí, Suspiro? —preguntó Gotita, curiosa.

—Solo hay una forma de averiguarlo, Gotita —respondió Suspiro con una sonrisa traviesa—. ¡Vamos a bajar y descubrirlo!

Sin dudarlo un instante, las dos amigas se lanzaron desde la nube, descendiendo en una espiral de risas y emoción. Al llegar al pueblo, descubrieron que una feria estaba en pleno apogeo, con sus colores brillantes, música alegre y el bullicio de la gente disfrutando de los juegos y atracciones.

Gotita y Suspiro se unieron a la diversión, participando en los juegos y deleitándose con los sabores dulces de los puestos de comida. Al final del día, mientras el sol se ponía en el horizonte y las estrellas comenzaban a brillar en el cielo nocturno, las dos amigas regresaron a su nube, llevando consigo recuerdos preciosos de su aventura en la Tierra.

Y así, en un día caluroso, Gotita y su amiga Suspiro aprendieron que la verdadera magia de la vida se encuentra en los momentos compartidos y las aventuras que se viven juntos, sin importar lo alto que vuelen o lo lejos que viajen.

 

Cuento - Mateo el niño que hizo su sueño Realidad

Coautor: Andres Berrio 9-B con I-A

 Cada tarde, después de la escuela, Mateo corría hacia el polvoriento campo de fútbol local. Allí, con una pelota vieja y desgastada, practicaba sus habilidades con fervor y dedicación. Sin embargo, a medida que crecía, se dio cuenta de que su situación económica limitaba sus posibilidades de alcanzar su sueño.

Mientras otros niños tenían zapatos de fútbol de última generación, uniformes impecables y entrenadores personales, Mateo apenas contaba con lo básico. A pesar de ello, su pasión por el fútbol nunca menguó.

Un día, durante uno de sus entrenamientos solitarios, los padres de algunos de los niños del equipo lo observaron desde lejos. Se dieron cuenta de la determinación y el talento natural de Mateo, pero también notaron su falta de recursos. Conmovidos por su situación, decidieron actuar.

Organizaron una reunión con otros padres y entrenadores, proponiendo una iniciativa para apoyar a Mateo en la búsqueda de su sueño. Pronto, la comunidad se unió en un esfuerzo conjunto para ayudar al joven futbolista.

Los padres donaron uniformes, zapatos y equipo deportivo, mientras que los entrenadores ofrecieron su tiempo y experiencia para guiar a Mateo en su entrenamiento. La pequeña tienda local de deportes también se sumó, proporcionando descuentos especiales en todo lo que Mateo necesitaba.

Con el apoyo de su comunidad, Mateo pudo continuar entrenando y mejorando sus habilidades día tras día. Se esforzaba al máximo en cada partido y entrenamiento, sabiendo que su sueño estaba cada vez más cerca de convertirse en realidad.

Con el tiempo, Mateo comenzó a destacarse en su equipo local y, finalmente, llamó la atención de un reclutador de un club profesional. Le ofrecieron una oportunidad para unirse a su academia juvenil, donde podría recibir una educación futbolística de primer nivel y trabajar hacia su objetivo de convertirse en uno de los mejores futbolistas del mundo.

Con lágrimas de alegría y gratitud, Mateo agradeció a su comunidad por el apoyo incondicional que le habían brindado. Sabía que, gracias a su amor por el fútbol y al generoso respaldo de quienes lo rodeaban, estaba un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Y así, con determinación y esperanza, Mateo se dispuso a seguir adelante, listo para enfrentar los desafíos que le esperaban en su emocionante viaje hacia la cima del mundo futbolístico.

 Cuento "Destellos Fantasmagóricos"

Coautor: Deisy Peralta 9-B con I-A

Las luces del parque parpadeaban intermitentemente, lanzando destellos fantasmagóricos sobre los árboles retorcidos y los bancos solitarios. Los árboles, agitados por el viento, parecían susurrar secretos oscuros entre sí mientras las sombras bailaban en la oscuridad.

Entre el estruendo de la tormenta, se escuchaban gritos dispersos que se perdían en el rugido del viento. Eran susurros de desesperación y temor, voces que buscaban refugio en la noche inhóspita.

En medio de este escenario ominoso, se distinguía una figura solitaria: un hombre de aspecto sombrío que avanzaba con determinación a través de la lluvia y el viento. Su silueta se recortaba contra el paisaje oscuro, una presencia enigmática que despertaba intriga y temor.

Nadie sabía quién era ni qué buscaba en medio de la tormenta, pero su presencia añadía un aura de misterio al parque ya envuelto en la oscuridad. Algunos murmuraban que era un viajero perdido en busca de refugio, mientras que otros susurraban historias de un espíritu errante que vagaba en busca de redención.

A medida que la noche avanzaba y la tormenta arreciaba, la figura solitaria desapareció entre la lluvia y la oscuridad, dejando tras de sí un rastro de incertidumbre y especulación. El parque, ahora envuelto en silencio, se convirtió en un lugar de enigmas sin resolver, donde los secretos y las sombras se entrelazaban en la noche interminable.

 

Cuento *La Mariquita Solitaria*

Coautor: Celinda Morales Macea 9-B con I-A

Había una vez en las verdes colinas de un lejano país, una pequeña mariquita llamada Marisol. A diferencia de sus hermanas, Marisol tenía un patrón único de puntos negros que la hacía diferente. Todos los días, ella intentaba jugar con las demás mariquitas, pero ellas no parecían interesadas en su compañía.

Marisol se sentía muy sola. Sus alas, normalmente brillantes y llenas de vida, perdieron un poco de su lustre. "¿Por qué nadie quiere ser mi amiga?" se preguntaba mientras volaba de flor en flor, buscando a alguien con quien compartir su día.

Un día, mientras descansaba en el pétalo de una margarita, Marisol escuchó una suave voz. "¿Por qué estás tan triste?" preguntó una abeja que trabajaba cerca. Marisol le contó su historia y cómo se sentía decepcionada y aburrida.

La abeja sonrió y dijo, "Pero mira cuánto has volado y las muchas flores que has conocido. Eres una viajera del cielo y la tierra. Muchos nos gustaría tener las aventuras que tú has tenido."

Marisol nunca lo había visto de esa manera. La abeja tenía razón; ella había visto lugares que las otras mariquitas nunca habían soñado. Inspirada, Marisol decidió que no necesitaba la aprobación de los demás para ser feliz. Ella era única, y eso era algo maravilloso.

Desde ese día, Marisol voló aún más alto y con más propósito, sabiendo que la verdadera amistad llegaría en el momento justo. Y así fue, poco a poco, otras criaturas del jardín se acercaron a ella, atraídas por su espíritu aventurero y su corazón bondadoso.

Y Marisol, la mariquita solitaria, nunca se sintió sola de nuevo. 


Cuento: *La Aventura de Tomás la Tortuga y Ramón el Conejo Dormilón*

Coautor: Bairon Salcedo Mejía 9-D

En un rincón colorido del jardín, donde las flores desplegaban sus pétalos al sol, vivía Tomás, una tortuga de corbata roja tan viva como las rosas que lo rodeaban. Su pantalón azul, del tono de las tranquilas lagunas del bosque, ondeaba suavemente con cada paso lento pero seguro que daba.

Era un día especial para Tomás, pues se dirigía al cumpleaños de su querida abuela, una sabia tortuga que conocía todos los secretos del jardín. Mientras caminaba, pensaba en las historias que ella le contaría y en los deliciosos manjares que compartirían.

De repente, en el camino, Tomás se encontró con Ramón, un conejo dormilón que era un viejo amigo. Ramón yacía plácidamente bajo la sombra de un árbol, soñando con campos de zanahorias y aventuras en praderas lejanas.

"¡Ramón!" exclamó Tomás, sacudiendo suavemente al conejo. "¡Despierta, amigo! Hoy es el cumpleaños de mi abuela, y me encantaría que vinieras conmigo."

Ramón, frotándose los ojos y bostezando, aceptó la invitación con alegría. Nunca antes había asistido a una fiesta, y la idea de celebrar con su amigo le llenaba de emoción.

Juntos, Tomás y Ramón continuaron el camino hacia la casa de la abuela. Al llegar, encontraron un jardín adornado con guirnaldas de flores y una mesa repleta de delicias. La abuela de Tomás los recibió con un abrazo cálido y una sonrisa que iluminaba su rostro arrugado.

La fiesta fue maravillosa. Había música, risas y juegos que hacían que hasta las flores parecieran bailar. Ramón, que al principio se sentía tímido, pronto se unió a la diversión, y descubrió que tenía un talento natural para el baile.

Cuando la luna se alzó en el cielo, la fiesta llegó a su fin. Ramón, con una sonrisa de oreja a oreja, agradeció a Tomás por llevarlo a la fiesta. "Hoy he aprendido que la amistad es el mejor regalo que uno puede recibir", dijo con una voz suave.

Tomás asintió, feliz de haber compartido ese día con su amigo. "Y yo he aprendido", añadió, "que las mejores aventuras son aquellas que se viven junto a los amigos."

Y así, bajo el brillo de las estrellas, Tomás y Ramón prometieron seguir compartiendo aventuras y celebrando la vida en el hermoso jardín que llamaban hogar.


Cuento: *La Huida Secreta de Valeria*

Coautor: Elizabeth Rodriguez 9-B

En un pequeño pueblo costero, donde las olas acariciaban la arena dorada y las gaviotas cantaban al viento, vivía una joven llamada Valeria. Su espíritu libre y aventurero la llevaba a soñar con horizontes lejanos y amores de cuentos de hadas.


Cada noche, cuando la luna se asomaba curiosa entre las nubes, Valeria se deslizaba fuera de su ventana con la agilidad de una gata callejera. El corazón le latía con fuerza, no solo por la emoción del encuentro con su amado Mateo, sino también por el temor a ser descubierta.


Mateo, un joven pescador con ojos tan profundos como el mar, la esperaba siempre en su lugar secreto, una pequeña cabaña oculta entre los acantilados. Allí, entre risas y susurros, prometían amor eterno bajo el manto estrellado.


Pero la madre de Valeria, Doña Clara, una mujer de carácter fuerte y mirada penetrante, no tardó en notar las ausencias nocturnas de su hija. Una noche, al descubrir la cama vacía, la ira se apoderó de ella. Al regreso de Valeria, la confrontación fue inevitable.


—¿Dónde has estado? —preguntó Doña Clara, su voz temblaba entre la preocupación y la furia.


Valeria, con los ojos bajos, no podía mentir. Confesó sus escapadas y su amor por Mateo. Doña Clara, aunque enojada, recordó su propia juventud y los latidos de un corazón enamorado. La castigó, sí, pero en el fondo, un destello de comprensión brilló en sus ojos.


Con el tiempo, la madre comprendió que el amor verdadero no se podía encerrar entre cuatro paredes. Y así, Valeria y Mateo, con la bendición de Doña Clara, continuaron escribiendo su historia de amor, ya no en la sombra de la noche, sino bajo la luz del sol que iluminaba su pequeño pueblo costero.


Cuento: El Aroma de la Amistad"

Coautor: Keiner Kaleth Aguas con I-A 9-C

En un bosque frondoso y lleno de vida, había una vez un zorrillo llamado Solín. A pesar de su pelaje brillante y sus ojos curiosos, los otros animales lo evitaban por su peculiar olor. Solín intentaba jugar con los conejos, compartir frutas con los monos y correr con los ciervos, pero todos se alejaban de él.


Un día, el corazón de Solín se llenó de tristeza y decidió que era mejor partir. Con una lágrima resbalando por su mejilla, se adentró en la espesura del bosque, dejando atrás su hogar.


Los días pasaron y los animales comenzaron a notar la ausencia de Solín. El bosque, alguna vez lleno de risas y charlas, ahora parecía demasiado silencioso. Los conejos extrañaban a alguien que los hiciera saltar más rápido, los monos carecían de un compañero para sus travesuras y los ciervos echaban de menos esa figura negra y blanca que los seguía en sus carreras.


Fue entonces cuando los animales se dieron cuenta de que Solín, a pesar de su olor, había traído alegría a sus vidas. Se reunieron y decidieron buscarlo para pedirle que volviera, prometiendo nunca más juzgarlo por algo que él no podía cambiar.


Después de mucho buscar, encontraron a Solín en un claro, mirando las estrellas. "Solín, te extrañamos", dijeron. "El bosque no es lo mismo sin ti. ¿Volverías con nosotros?"


Con una sonrisa tímida, Solín aceptó y todos regresaron al bosque, aprendiendo a apreciar las diferencias de cada uno. Y así, el zorrillo que una vez fue excluido, se convirtió en el corazón de un bosque unido por la aceptación y la amistad.


Cuento: "Rosas para Valentina"

Coautor: Johan Andrés Álvarez 9-C CON I-A

En el Colegio Nueva esperanza, había una niña que destacaba entre todas, su nombre era Valentina. Con su cabello como cascadas de chocolate y su sonrisa que iluminaba los pasillos, no era de extrañar que todos quisieran ser su amigo. Pero Valentina, con su aire de misterio y su mirada pensativa, parecía inalcanzable.


Los chicos del colegio intentaban de todo para llamar su atención: bromas, hazañas en el deporte, incluso serenatas bajo su ventana. Pero Valentina, gentil pero reservada, agradecía con una sonrisa y seguía su camino.


Entre los admiradores estaba Lucas, un chico sencillo y de buen corazón, que observaba a Valentina desde lejos. Él no tenía grandes hazañas ni palabras poéticas, pero tenía algo mucho más valioso: la sinceridad en sus ojos.


Un día, Lucas decidió que era momento de actuar. Con un ramo de rosas rojas en mano, se acercó a Valentina. No había palabras ensayadas ni gestos grandiosos, solo un "Hola, Valentina, estas rosas son para ti" y una mirada que hablaba de una amistad sincera.


Valentina, sorprendida, aceptó las rosas y por primera vez, su sonrisa alcanzó sus ojos. "Gracias, Lucas, nadie nunca me había dado flores solo por ser yo", dijo. Y así, comenzó una amistad que floreció como las rosas en primavera, demostrando que a veces, los gestos más simples son los que conquistan el corazón.


Cuento "El Reencuentro"

Coautor: Yidis Arrieta Sola 9-C

En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, vivían dos amigas inseparables, Ana y Camila. Desde pequeñas, compartían secretos, sueños y aventuras. Su amistad era tan profunda que parecía que nada podría separarlas.


Pero un día, la noticia llegó: la familia de Ana tenía que mudarse a una ciudad lejana. El corazón de las amigas se partió en dos. Prometieron escribirse cartas y mantener viva su amistad, sin importar la distancia.


Los años pasaron, y aunque las cartas se volvieron menos frecuentes, el cariño entre ellas nunca se desvaneció. Ana y Camila siguieron caminos diferentes, enfrentando los desafíos de la vida por separado.

Una mañana de otoño, en el campus de la Universidad Nacional, una joven estudiaba en la biblioteca, sumergida en sus libros. De repente, una voz familiar llamó su nombre. "¿Camila?" La joven levantó la vista y allí estaba Ana, con la misma sonrisa cálida y los ojos llenos de historias por contar.

El encuentro fue mágico. Las palabras fluyeron como si el tiempo no hubiera pasado. Recordaron sus juegos infantiles, las promesas de amistad eterna y cómo, a pesar de todo, su conexión había sobrevivido.

Ana y Camila se dieron cuenta de que su amistad era como un río que, aunque cambia de curso, siempre encuentra su camino de regreso. Y en ese reencuentro, en medio de risas y lágrimas, supieron que su amistad era un lazo que ni la distancia ni el tiempo podían romper.

Cuento "El Luchador Liukan"
Coautor: Neider Machado 9-A

En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, vivían dos amigas inseparables, Ana y Camila. Desde pequeñas, compartían secretos, sueños y aventuras. Su amistad era tan profunda que parecía que nada podría separarlas.

Pero un día, la noticia llegó: la familia de Ana tenía que mudarse a una ciudad lejana. El corazón de las amigas se partió en dos. Prometieron escribirse cartas y mantener viva su amistad, sin importar la distancia.

Los años pasaron, y aunque las cartas se volvieron menos frecuentes, el cariño entre ellas nunca se desvaneció. Ana y Camila siguieron caminos diferentes, enfrentando los desafíos de la vida por separado.

Una mañana de otoño, en el campus de la Universidad Nacional, una joven estudiaba en la biblioteca, sumergida en sus libros. De repente, una voz familiar llamó su nombre. "¿Camila?" La joven levantó la vista y allí estaba Ana, con la misma sonrisa cálida y los ojos llenos de historias por contar.

El encuentro fue mágico. Las palabras fluyeron como si el tiempo no hubiera pasado. Recordaron sus juegos infantiles, las promesas de amistad eterna y cómo, a pesar de todo, su conexión había sobrevivido.

Ana y Camila se dieron cuenta de que su amistad era como un río que, aunque cambia de curso, siempre encuentra su camino de regreso. Y en ese reencuentro, en medio de risas y lágrimas, supieron que su amistad era un lazo que ni la distancia ni el tiempo podían romper.


Cuento: "El Oído fiel de Max"

Coautor: María José Castaño Castro 9-A

En un tranquilo barrio de casas coloridas y jardines florecidos, vivía un perrito llamado Max. Max no era un perro común; tenía el don de escuchar con una paciencia y comprensión que iban más allá de lo que cualquiera podría imaginar.

Su dueño, una niña llamado Gabriela, encontró en Max no solo a un compañero de juegos, sino también a un confidente. Gabriela le contaba a Max sus aventuras en la escuela, sus sueños de viajar a lugares lejanos y hasta sus temores más secretos.

Max escuchaba atentamente, con sus ojos marrones llenos de empatía y su cola moviéndose suavemente. Cuando Gabriela estaba triste, Max apoyaba su cabeza en su regazo, y cuando estaba alegre, ladraba y saltaba, compartiendo su felicidad.

La conexión entre Gabriela y Max era especial. Aunque Max no podía hablar, su lealtad y amor eran tan claros como el agua de un manantial. En su silencio, ofrecía un refugio seguro para los secretos de Gabriel.

Con el tiempo, Gabriela creció y sus secretos cambiaron, pero la amistad con Max se mantuvo firme. Max, el perrito que con su presencia decía "estoy aquí para ti", se convirtió en la definición viva de un amigo fiel.

Y así, en un rincón del mundo, una niña y su perro tejieron una historia de amistad que perduraría por siempre, recordándonos que a veces, el mejor amigo es aquel que escucha sin juzgar, que acompaña sin preguntar, y que ama sin condiciones.

Poema "Ecos de un Apego"

Coautor: Andrea con I-A 9-A 

En el silencio de mi mundo, tu risa era la melodía,

un refugio en la tormenta, un respiro en la agonía.

Eras el sueño despierto que me hacía olvidar,

la realidad que pesaba, que no podía enfrentar.


Tus ojos, dos faros en la noche de mi desvelo,

promesas no dichas, en el aire como un anhelo.

Pero en tu mirada serena, una verdad se escondía,

un sentimiento ausente, la respuesta que yo temía.


Eras el escape dulce, la fantasía de mi mente,

un amor que en silencio, crecía fuerte y latente.

Pero en tu corazón errante, no había lugar para mí,

un amor de una sola vía, un camino sin fin.


Ahora, en la quietud, tus ecos aún resuenan,

recuerdos de lo que fue, de lo que las horas se llevan.

Aunque el apego persista, como la luna al mar,

aprendo a soltar, a dejar de esperar.


Porque aunque me permitías escapar momentáneamente,

la realidad me reclama, firme y persistentemente.

Y aunque no me quisieras, como yo a ti te quería,

te agradezco los momentos, la dulce utopía.


Cuento: "Luna en el Corazón"

*"Luna en el Corazón"*

En una casa llena de risas y amor, pero con un vacío silencioso, llegó un ser de pelaje negro como la noche y ojos que guardaban secretos del universo. Era un perrito, pequeño y curioso, con un lunarcito blanco en el pecho que parecía una luna creciente. Lo llamaron Noche.


Noche llegó en un momento en que la tristeza se había asentado como una neblina entre los miembros de la familia. Con cada movimiento de su cola y cada mirada de sus ojos negros, Noche comenzó a tejer hilos de alegría en la tela de sus vidas.


Aunque sus ojitos reflejaban una tristeza ancestral, su espíritu era de pura alegría y emoción. Saltaba y jugaba, compartiendo momentos que se convertirían en tesoros de la memoria. Noche no solo llenó el vacío, sino que lo transformó en un espacio de amor y risas.


Dos años pasaron, y Noche se había convertido en el corazón de la familia. Pero un trágico 8 de agosto, el destino intervino de la manera más cruel. Noche, el perrito con la luna en el pecho, murió en un accidente, envenenado por una sustancia desconocida.


La pérdida fue inmensa, un golpe que resonó en los rincones de cada corazón. Pero con el tiempo, la familia comenzó a ver que Noche les había dejado un regalo: la capacidad de amar y reír nuevamente.


El legado de Noche vivió en las historias que contaban, en las fotos que miraban, y en la luna que brillaba en el cielo, recordándoles que, aunque físicamente ausente, su espíritu seguía presente, guiándolos con su luz.


Cuento: Versos Velados"

Coautor: Maicol Paternina Contreras 9-A con I-A


En las aulas donde el saber danza en el aire,

mi corazón susurra un nombre, dulce y suave.

Eres la melodía en mi silencio, la luz en mi mirar,

compañera de estudios, ¿cómo te puedo confesar?


Cada palabra tuya, un verso que quiero guardar,

en el libro de mi alma, donde nadie más puede mirar.

Eres el sueño despierto en mi realidad cotidiana,

la inspiración que en mi mente, como musa, se derrama.


Pero aquí me quedo, en el umbral de mi temor,

con un amor guardado, que en mi pecho creció.

Quisiera decirte, en un suspiro, lo que siento,

pero el miedo sella mis labios, y solo callo y me lamento.


Algún día, quizás, el valor me acompañará,

y estas palabras en canción, a ti te llegarán.

Hasta entonces, serás la estrella en mi constelación,

compañera de estudios, dueña de mi corazón. 


Cuento *El Susurro de Macayepo*

Coautor: Enelys Murillo Grupo 8-C con I-A

En un rincón olvidado por el tiempo, se esconde el pueblo de Macayepo, un lugar donde los arroyos cristalinos tejen caminos de espejos entre la selva. Los árboles de aguacate se alzan como guardianes verdes, sus frutos gordos y maduros son el tesoro que todos anhelan.


En Macayepo, los monos aulladores son los reyes de la copa de los árboles, sus conversaciones resonantes dictan el ritmo de la vida. Las aves, con plumajes que rivalizan con los colores del arcoíris, danzan en el cielo, trazando patrones que cuentan historias de antiguas civilizaciones.


Un día, llegó al pueblo una viajera, con ojos tan claros como los arroyos y una curiosidad insaciable. Se llamaba Aluna. Los habitantes de Macayepo la recibieron con brazos abiertos, compartiendo con ella el secreto de sus aguacates y el idioma de la selva.


Aluna aprendió a escuchar el susurro de las aguas, que le hablaban de un tiempo en que los humanos y la naturaleza convivían en armonía. Los monos le enseñaron a moverse con libertad, sin miedo a caer, y las aves le mostraron cómo encontrar belleza en cada pequeño detalle.


Con cada día que pasaba, Aluna se sentía más parte de Macayepo, y Macayepo de ella. Hasta que llegó el momento de partir, y con un corazón pesado pero lleno de gratitud, Aluna prometió llevar la esencia de Macayepo con ella, difundiendo su mensaje de unidad con la naturaleza allá donde fuera.


Y así, el pueblo de Macayepo se convirtió en una leyenda, un susurro en el viento que habla de un lugar donde la tierra canta, los árboles cuentan historias y los ríos escriben poesía. Un lugar que, aunque no aparezca en ningún mapa, vive en el corazón de aquellos que lo han sentido realmente.


Entre Comejenes y Milagros 

Cuentos de San Benito Abad.

Coautor: Anselmo Benítez Ramos con I-A

En la tierra donde los sueños se entrelazan con la fe, y las oraciones se elevan al ritmo de los corazones esperanzados, se encuentra la Villa de San Benito Abad. Un lugar donde el Señor de los Milagros, conocido cariñosamente como **El Negrito, vigila cada paso de sus devotos habitantes.

La villa, un tapiz de historias tejidas con hilos de magia y devoción, resuena con los ecos de leyendas antiguas. Los ancianos del lugar hablan de la lucecita del Playón, un faro misterioso que guía a los viajeros nocturnos con su brillo etéreo. Dicen que es el alma de un antiguo protector del pueblo, que aún vela por la seguridad de los que regresan del río San Jorge cuando la noche despliega su manto estrellado.

Los niños, con sus risas que rompen el silencio del amanecer, juegan entre los montículos de hormigas, los comejenes, que más parecen esculturas creadas por artistas invisibles de la naturaleza. En el Playón, sus juegos inocentes dan vida a nuevas historias, donde cada montículo es un castillo, cada hormiga un valiente guerrero, y cada hoja caída, una aventura por comenzar.

Pero no todo es luz en la Villa de San Benito Abad. Susurros de fantasmas y apariciones recorren las calles empedradas cuando la luna llena ilumina los secretos mejor guardados. La gente del pueblo, con sus creencias arraigadas, sabe que no hay que temer, pues El Negrito está siempre presente, y su poder milagroso es el escudo contra cualquier espíritu errante.

Esta es la Villa de San Benito Abad, un lugar donde cada amanecer promete un milagro, y cada anochecer cuenta una historia diferente. Un pueblo de fe, de sueños y de leyendas que se entrelazan en el gran libro de la vida.


Cuento: *El Amanecer de las Tradiciones*

Coutor: Yuris Arrieta 9-C con I-A

El sol apenas despuntaba en el horizonte cuando Ana, una joven del pueblo conocida por su sonrisa contagiosa, se despertó al sonido de las campanas de la iglesia. Era el 19 de marzo, el día de San José, y todo el pueblo se preparaba para la fiesta religiosa más esperada del año.


Las calles se adornaban con guirnaldas de flores silvestres y banderines que danzaban al viento. Los vecinos, siempre amables y sociables, compartían entre ellos platos típicos mientras los niños corrían juguetones entre las mesas, riendo y cantando.


Ana se vistió con su mejor traje, uno que había heredado de su abuela, y salió de su casa de paredes blancas y techo de tejas rojas. Al cruzar la plaza, se encontró con Don Carlos, el anciano más respetado del pueblo, quien le contó historias de cómo San José de Uré había sido fundado por viajeros que, cautivados por la belleza de sus quebradas y la calidez de su gente, decidieron llamarlo hogar.


La fiesta continuó hasta el anochecer, con música de acordeones y tambores que resonaban en las montañas. Ana bailó y celebró, sintiendo en su corazón el orgullo de pertenecer a un lugar tan especial, un lugar donde cada rostro era un amigo y cada rincón, una memoria.


Cuento: Colores del corazón”

Coautor: Johan Gabriel Asperilla con I-A

En un pequeño pueblo donde las montañas se encuentran con el cielo, vivía un chico de 14 años llamado Johan. Johan tenía la piel morena, heredada del sol que bañaba su tierra, y unos ojos que reflejaban la profundidad de sus sueños. Aunque tímido, su corazón albergaba un secreto tan vibrante como las flores que adornaban su jardín.

 Cada día, al caminar por las calles empedradas hacia su escuela, Johan pasaba frente al colegio de Isabella, una niña cuya belleza era tan serena como el amanecer. Isabella tenía la piel clara como la luna, cabello castaño que ondeaba con la brisa, y ojos café que brillaban con la luz de la curiosidad.

 Johan nunca había hablado con Isabella, pero la veía desde la distancia, siempre rodeada de libros y risas. Él soñaba con cruzar palabras, compartir silencios y descubrir los mundos que ella llevaba dentro. Pero el miedo a ser rechazado por la diferencia de sus mundos lo mantenía en silencio.

 Un día, mientras Johan se refugiaba en la biblioteca, encontró un libro de poesía antigua. Las palabras hablaban de valentía, de amores imposibles que se hacían posibles, y de cómo los verdaderos sentimientos trascienden cualquier barrera. Inspirado, Johan tomó su pluma y comenzó a escribir.

 Escribió sobre los colores del corazón, sobre cómo el amor no conoce de tonos de piel ni de fronteras. Escribió sobre la belleza de Isabella, no solo la que se veía, sino la que él intuía en su alma. Y con cada palabra, su miedo se transformaba en esperanza.

 Al terminar, dobló cuidadosamente el papel y lo guardó en su mochila. Al día siguiente, con el coraje de los poetas que lo habían inspirado, Johan se acercó al colegio de Isabella. Con un suspiro y un latido acelerado, dejó la carta en su casillero.

Cuento "El Renacer de Diego"

Coautor: Efrain Bertel 9-D con I-A

Había una vez un chico llamado Diego, quien siempre había sido el más débil de su grupo de amigos. A pesar de su gran corazón y su determinación, siempre se quedaba atrás en las competiciones deportivas y se sentía incapaz de cumplir con las expectativas de su familia y amigos.

Diego vivía en un pequeño pueblo donde la fuerza física era altamente valorada. Su padre era un famoso luchador y su hermano mayor había sido campeón de levantamiento de pesas en la escuela. A menudo, Diego se comparaba con ellos y se sentía inferior.

Un día, mientras paseaba por el pueblo, Diego se encontró con un anciano sabio que notó su tristeza. El anciano le dijo a Diego que la verdadera fuerza no solo residía en los músculos, sino también en la mente y el corazón. Le contó historias de grandes líderes y héroes que habían superado obstáculos aparentemente imposibles gracias a su determinación y valentía.

Inspirado por las palabras del anciano, Diego decidió que era hora de cambiar su destino. Comenzó a entrenar duro, no solo su cuerpo, sino también su mente y su espíritu. Aprendió sobre disciplina, perseverancia y autocontrol. En lugar de compararse con los demás, se enfocó en superarse a sí mismo día tras día.

Con el tiempo, Diego se convirtió en un modelo de fuerza y ​​determinación en su pueblo. No solo había desarrollado un físico impresionante, sino que también había cultivado una confianza interior y una sabiduría que inspiraba a todos a su alrededor.

Finalmente, llegó el día de la competición anual de fuerza en el pueblo. A pesar de su historial de derrotas, Diego decidió participar. No se trataba solo de ganar, sino de demostrar su verdadera fuerza, la fuerza del espíritu.

Para sorpresa de todos, Diego no solo compitió, sino que ganó la competición. No solo levantó más peso que nadie, sino que también demostró una fuerza interior que nadie había visto antes. Se había convertido en el hombre más fuerte, no solo físicamente, sino también en espíritu.

Desde ese día en adelante, Diego fue conocido como el ejemplo vivo de que la verdadera fuerza viene del interior. Su historia inspiró a muchos a seguir sus sueños y a nunca rendirse, sin importar cuán grande parezca el desafío. Y aunque Diego nunca olvidó de dónde venía, siempre supo que su verdadera fortaleza estaba en su corazón.


Cuento: Adios miedo.

Coautor: Jhon Fredy Lopez Sotelo.  Con I-A 9-D

María era una niña curiosa y valiente, pero tenía una peculiar costumbre: le encantaba quedarse despierta hasta altas horas de la noche viendo películas de terror en su habitación. A pesar de las advertencias de su madre sobre los efectos que esto podría tener en su sueño, María seguía disfrutando de las historias escalofriantes que veía en la televisión.

Una noche, mientras María se sumergía en una de sus películas favoritas, una figura siniestra apareció en la pantalla. Era una bruja malvada que parecía mirar directamente a los ojos de María. Sobresaltada, María gritó pidiendo ayuda, lo que alertó a su madre en la habitación contigua.

La madre de María corrió hacia su habitación y la encontró temblando de miedo. Con amor y calma, la madre cargó a María y la llevó de vuelta a la cama. Le recordó su consejo habitual de no ver programas de miedo antes de acostarse, mientras apagaba la televisión y dejaba la habitación iluminada solo por una suave luz de noche.

Una vez que la madre se fue, María se encontró sola en su habitación. A pesar de sus esfuerzos por calmarse, las sombras en las paredes parecían cobrar vida, jugando trucos a su mente asustada. Una vez más, María gritó pidiendo ayuda, y esta vez, su madre entró corriendo, preocupada por el estado de su hija.

Con voz tranquilizadora, la madre abrazó a María y le recordó que las sombras eran solo productos de su imaginación, alimentadas por las películas de terror que había estado viendo. Con el corazón lleno de alivio, María finalmente pudo conciliar el sueño, sabiendo que su madre estaba allí para protegerla de cualquier cosa que pudiera asustarla.

Desde esa noche, María aprendió a ser más consciente de cómo las cosas que veía antes de acostarse podían afectar su tranquilidad mental, y la importancia de buscar seguridad y consuelo en las personas que la amaban. Y aunque las sombras y las criaturas de sus pesadillas podrían seguir acechando en la oscuridad, María sabía que siempre tenía el amor y el apoyo de su madre para enfrentarlas juntas.


Cuento "La Estrella Inesperada del Fútbol"

Coautor: Samuel Sanchez 9-D con I-A

En un pequeño pueblo donde el fútbol era la pasión de todos, vivía un niño llamado Cristiano. A diferencia de los otros niños, Cristiano no destacaba en el deporte. Era pequeño, delgado y no tenía mucha destreza en el campo. A menudo, era excluido de los equipos y muchos pensaban que no tenía futuro en el fútbol.

A pesar de las dudas y burlas de los demás, Cristiano nunca perdió su amor por el juego. Pasaba horas practicando en solitario, pateando el balón contra la pared de su casa y perfeccionando sus habilidades. Aunque no era el más talentoso, tenía una determinación inquebrantable y un espíritu indomable.

Un día, el equipo de fútbol de la escuela estaba desesperado por encontrar un jugador de reserva para un importante torneo local. A falta de opciones, el entrenador decidió darle una oportunidad a Cristiano. Aunque los demás niños se burlaron de la elección, Cristiano aceptó el desafío con humildad y determinación.

Cuando llegó el día del torneo, todos estaban sorprendidos al ver a Cristiano en el campo. A pesar de sus dudas iniciales, el entrenador y sus compañeros de equipo decidieron apoyarlo. Cristiano demostró una dedicación y un esfuerzo sobresalientes en cada jugada. Aunque cometió errores, nunca se rindió y siguió luchando hasta el final.

Para asombro de todos, Cristiano jugó un papel crucial en la victoria del equipo en el torneo. Su valentía, determinación y pasión inspiraron a sus compañeros de equipo y a toda la comunidad. Se convirtió en un ejemplo de que el tamaño y las habilidades no siempre determinan el éxito en el fútbol, sino la fuerza de voluntad y la dedicación.

Desde ese día en adelante, Cristiano fue reconocido como un talentoso jugador de fútbol en su pueblo. Su historia sirvió de inspiración para todos los niños que alguna vez sintieron que no encajaban en el molde tradicional del deporte. Y aunque su camino estuvo lleno de desafíos, Cristiano demostró que con determinación y trabajo duro, cualquier sueño, por improbable que parezca, puede hacerse realidad.


Cuento "El Coraje de Ana"

Coautor: Rafael de Jesús Galván con I-A

En un pequeño pueblo, vivía una niña llamada Ana. Ana provenía de una familia muy pobre; su padre luchaba contra la adicción a las drogas y su madre trabajaba día y noche para mantener a la familia a flote. A pesar de todas las dificultades, la madre de Ana siempre hizo todo lo posible para asegurarse de que su hija tuviera una buena educación y las oportunidades que ella nunca tuvo.

Sin embargo, la vida en la escuela para Ana no era fácil. Sus compañeros de clase, muchos de los cuales venían de familias más acomodadas, solían hacerle bullying porque Ana no podía permitirse tener todos los útiles escolares de moda o llevar ropa nueva. A pesar de esto, Ana se negó a dejarse abatir por las burlas y decidió seguir adelante con determinación.

A pesar de las dificultades en casa y en la escuela, Ana se aferró a sus sueños y metas. Estudiaba con ahínco y aprovechaba al máximo cada oportunidad que se le presentaba en el colegio. A medida que pasaba el tiempo, sus esfuerzos comenzaron a dar frutos. A pesar de las dificultades, Ana se destacaba por su inteligencia, su amabilidad y su determinación.

Con el apoyo inquebrantable de su madre y su propio espíritu valiente, Ana logró superar las adversidades y prosperar. A medida que crecía, se convirtió en un ejemplo para sus compañeros de clase y para toda la comunidad. Su historia inspiró a otros a enfrentar sus propios desafíos con coraje y determinación, y demostró que, independientemente de las circunstancias, el esfuerzo y la perseverancia pueden llevar a grandes logros.

Y aunque la vida de Ana no fue fácil, aprendió que las dificultades pueden ser superadas con amor, determinación y esperanza. Y al final, se convirtió en una prueba viviente de que no importa de dónde vengas, sino hacia dónde te diriges.


Cuento " "El Encanto de Berrugas: Donde el Mar y la Amistad Se Encuentran"
Coautor: Yainis Florez Tapia 9-D con I-A

En lo más profundo de la costa, rodeado de dunas de arena dorada y el murmullo suave del mar, se encuentra el pintoresco pueblo de Berrugas. Con sus casas pintadas de colores brillantes y sus calles adoquinadas, Berrugas era un lugar donde el tiempo parecía detenerse y la vida se movía al ritmo tranquilo de las olas.

Desde tiempos inmemoriales, los habitantes de Berrugas han dependido del mar para su sustento y su alegría. La pesca era la principal ocupación de los hombres, mientras que las mujeres se dedicaban a preparar exquisitos platos de mariscos y pescados frescos. Cada día, el aroma tentador de la cocina flotaba por las calles estrechas, atrayendo a los lugareños y visitantes por igual.

Pero lo que hacía verdaderamente especial a Berrugas no era solo su deliciosa gastronomía, sino también la calidez y la hospitalidad de su gente. Los habitantes de Berrugas eran conocidos por su espíritu amable y generoso, siempre dispuestos a recibir a extraños con los brazos abiertos y compartir sus tradiciones y su comida con ellos.

Los atardeceres y amaneceres en Berrugas eran momentos mágicos que dejaban a todos sin aliento. Cuando el sol se hundía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados, los habitantes de Berrugas se reunían en la playa para contemplar el espectáculo. Entre risas y conversaciones animadas, compartían historias y sueños mientras el mar susurraba melodías suaves a sus pies.

Una noche, durante uno de esos atardeceres mágicos, llegó un forastero a Berrugas. Era un viajero solitario en busca de aventuras y nuevos horizontes. Impresionado por la belleza del pueblo y la calidez de su gente, decidió quedarse un tiempo y sumergirse en la vida tranquila de Berrugas.

Con el paso de los días, el forastero se convirtió en parte de la comunidad, aprendiendo las tradiciones y costumbres de Berrugas y compartiendo sus propias experiencias con los lugareños. Juntos, exploraron los secretos del mar y disfrutaron de los placeres simples de la vida en el pueblo.

Y así, mientras el sol se ponía sobre el horizonte y pintaba el cielo con sus tonos dorados, los habitantes de Berrugas y el forastero se reunían en la playa, unidos por la magia del mar y la belleza de la amistad. En Berrugas, donde los atardeceres y amaneceres eran espectaculares y la gastronomía estaba basada en el mar, cada día era una celebración de la vida y el amor. 

Cuento *"El Amor Persistente"*

Coautor: María Cruz  9-B con I-A

Había una vez dos jóvenes, *María José* y *Carlos*, que se conocieron en un pequeño café al final de la calle. Sus miradas se cruzaron como si el destino hubiera trazado un camino especial solo para ellos. María José era una chica soñadora, con ojos que brillaban como estrellas en la noche. Carlos, por otro lado, tenía una apariencia rebelde, pero su corazón era tierno y lleno de pasión.

 

Durante *ocho meses*, compartieron risas, secretos y momentos inolvidables. Pasearon por parques, se abrazaron bajo la lluvia y se prometieron amor eterno. Sin embargo, había un obstáculo que no podían ignorar: los padres de María José no aprobaban su relación. Pensaban que Carlos era un chico problemático, y temían que su hija se lastimara.

 

Un día, los padres de María José le dieron un ultimátum: debía elegir entre ellos y Carlos. María José se encontró atrapada entre el amor que sentía por Carlos y el deseo de complacer a sus padres. Lloraron juntos, sosteniendo sus manos con fuerza, sabiendo que el tiempo se agotaba.

 

Carlos, a pesar de la tristeza, no quería ser un obstáculo para la felicidad de Maria Jose. Le dijo: "Siempre te amaré, sin importar lo que decidas. Si es necesario, me alejaré para que puedas tener la vida que mereces". María José lloró aún más, sintiendo que su corazón se rompía en pedazos.

 

Los padres de María José la llevaron lejos de Carlos. Se mudaron a otra ciudad, y ella intentó seguir adelante. Pero el amor que compartieron no se desvaneció. Las cartas secretas, las llamadas a altas horas de la noche y los recuerdos compartidos los mantenían unidos en espíritu.

 

Pasaron los años, y María Josa se convirtió en una exitosa abogada. Carlos, por su parte, se dedicó a la música y viajó por el mundo. Pero nunca dejaron de pensar el uno en el otro. En una fría noche de invierno, María José recibió una carta inesperada. Era de Carlos, quien le confesó que nunca había dejado de amarla.

 

María José tomó un avión y voló hacia la ciudad donde Carlos vivía. Se encontraron en el mismo café donde se conocieron. Sus ojos se encontraron, y supieron que el amor seguía intacto. Los padres de María José habían perdido la batalla contra el tiempo y la distancia.

 

Carlos le dijo: "No importa cuántos años hayan pasado, siempre serás mi niña del sol". María José sonrió y respondió: "Y tú siempre serás mi chico rebelde". Se abrazaron, sabiendo que el amor que persistió a pesar de todo era más fuerte que cualquier obstáculo.

 

Así, María José y Carlos se dieron cuenta de que el amor verdadero no se desvanece con el tiempo ni se rinde ante las adversidades. Juntos, crearon su propio final feliz, demostrando que el corazón puede vencer cualquier obstáculo cuando se trata de amor.


Cuento *"El Eco del Amor"*

Coautor : Orledys Chamorro Con I-A 9-A

Había una vez dos almas que se encontraron en el rincón más inesperado de la vida. *Mateo* y *Sofía* eran como dos estrellas fugaces que colisionaron en un cielo nocturno. Su amor fue intenso desde el principio, como si hubieran estado destinados a encontrarse.

Durante *un año y cinco meses*, Mateo y Sofía compartieron risas, secretos y sueños. Se amaron con una pasión que parecía inquebrantable. Pero la vida no siempre es un cuento de hadas. Los chismes y las malas interpretaciones comenzaron a tejer su telaraña alrededor de ellos.

Un día, en medio de una discusión acalorada, Mateo perdió el control y cometió un error. Empujó a Sofía con más fuerza de la que pretendía, y ella cayó al suelo. El arrepentimiento llenó sus ojos mientras Sofía lo miraba con dolor y sorpresa.

Los chismosos no tardaron en difundir la noticia. "Mateo es un monstruo", decían. "Sofía merece algo mejor". Los padres de Sofía, preocupados por su bienestar, la instaron a alejarse de él. Y así, la relación que había comenzado con tanta pasión se desmoronó.

Mateo, devastado, intentó disculparse una y otra vez. Pero Sofía estaba herida y asustada. Se alejó, dejando atrás los recuerdos compartidos y los sueños rotos. Mateo, sin embargo, no pudo olvidarla. El eco de su amor resonaba en cada rincón de su corazón.

Pasaron los meses, y Mateo se convirtió en un hombre solitario. La culpa lo atormentaba, y la ausencia de Sofía era como un agujero negro en su vida. Un día, encontró una carta en su buzón. Era de Sofía.

"Querido Mateo", decía la carta. "A veces, el amor es complicado y doloroso. Cometiste un error, pero también me hiciste sentir viva. No puedo olvidarte. Nosotros éramos más que ese momento oscuro. Siempre serás mi primer amor".

Mateo tomó un avión hacia la ciudad donde Sofía vivía. La encontró en el mismo parque donde solían pasear. Sus ojos se encontraron, y el tiempo se detuvo. Sofía sonrió con tristeza y le tendió la mano. "No podemos borrar el pasado", dijo. "Pero podemos escribir un nuevo capítulo".

Así, Mateo y Sofía decidieron enfrentar los chismes y las adversidades juntos. Aprendieron que el amor verdadero no es perfecto, pero es valiente. Se tomaron de la mano y caminaron hacia el horizonte, donde el sol y la luna se encontraban en un abrazo eterno.


Cuento **"Oso y la Ola Gigante"**

Coautor: Ferney Cohen 9-B con I-A

Había una vez un oso llamado **Bruno** que vivía cerca de la costa. A Bruno le encantaba la playa y disfrutaba tomando el sol en la suave arena. Un día, mientras Bruno se relajaba bajo el cálido sol, una gran ola apareció en el horizonte.

## **Capítulo 1: Un Día Soleado**
Bruno se había despertado temprano esa mañana con la idea de pasar un día tranquilo en la playa. Se puso su sombrero favorito y caminó hacia la orilla, dejando huellas en la arena. Se tumbó, cerró los ojos y se dejó llevar por el sonido del mar.

## **Capítulo 2: La Ola Sorpresa**
De repente, el sonido del agua se intensificó. Bruno abrió los ojos justo a tiempo para ver una ola gigante acercándose. No tuvo tiempo de reaccionar antes de que la ola lo arrastrara mar adentro.

## **Capítulo 3: Aventura en el Mar**
Bruno luchó contra el agua, pero la ola era demasiado fuerte. Se dio cuenta de que tenía que relajarse y dejarse llevar. Sorprendentemente, la ola lo llevó en un emocionante viaje, mostrándole partes del océano que nunca había visto.

## **Capítulo 4: Nuevos Amigos**
En el agua, Bruno conoció a criaturas marinas que nunca había imaginado. Hizo amigos con un grupo de delfines juguetones y una tortuga sabia que le enseñó el arte de nadar con las corrientes.

## **Capítulo 5: El Regreso a Casa**
Después de su increíble aventura, Bruno y sus nuevos amigos encontraron una corriente que lo llevó de vuelta a la playa. Cuando la ola finalmente lo dejó en la orilla, Bruno estaba agradecido por su viaje y los amigos que había hecho.

## **Epílogo: Lecciones de la Ola**
Bruno aprendió que a veces, incluso una situación inesperada puede llevar a aventuras maravillosas y amistades duraderas. Desde ese día, cada vez que Bruno visitaba la playa, saludaba al océano y a las olas, recordando su viaje especial.


CUENTO “LA LEYENDA DEL SONIDO TENEBROSO DE LA BOTELA”

Coautor:  Bertel Camargo Melany con I-A 9-D

En el barrio El Bosque de Barranquilla, se susurraba una antigua leyenda que helaba la sangre de quienes la escuchaban. Se decía que cada noche, al acercarse las doce campanadas, una misteriosa botella aparecía rodando por las calles desiertas.

 

La botella, de un vidrio oscuro y con inscripciones que parecían danzar bajo la luz de la luna, emitía un sonido hipnótico, como si dentro de ella se agitaran las almas de antiguos marineros. Los vecinos, al oír el inconfundible ruido, corrían a refugiarse en sus casas, cerrando puertas y ventanas, temerosos de lo que podría suceder si la botella se detenía frente a su hogar.

 

Se contaba que la botella era portadora de un antiguo maleficio, lanzado por un brujo del mar que buscaba venganza contra los mortales que habían invadido sus aguas. Aquellos desafortunados que se encontraban con la botella después de la medianoche, eran consumidos por una sed insaciable, llevándolos a vagar sin rumbo por las calles, en busca de un agua que nunca lograban encontrar.

 

La leyenda también hablaba de un valiente joven del barrio, quien una noche decidió enfrentar el misterio. Armado con la fe de su corazón y una vieja cruz de plata que había pertenecido a su abuela, esperó a que la botella apareciera. Al verla rodar hacia él, no huyó. En cambio, se plantó firme y, con un grito de desafío, rompió el hechizo al arrojar la cruz dentro de la botella.

 

Desde esa noche, la botella no volvió a aparecer, y la paz regresó al barrio El Bosque. Pero aún hoy, cuando el reloj marca las doce, algunos juran escuchar, en la distancia, el eco de un vidrio rodando sobre el pavimento.


Historia de amor: "Más Allá de las Apariencias"

Coautor: Armando Chamorro con I-A 9-A

En una bulliciosa ciudad donde las apariencias lo son todo, se encuentra Carlos, un exitoso ejecutivo cuya vida gira en torno al poder y el prestigio. A pesar de su éxito profesional, Carlos lucha con la idea de que el valor de una mujer se mide únicamente en su apariencia física y su desempeño en la cama. Esta percepción distorsionada del amor le ha impedido encontrar una conexión verdadera y profunda con alguien.

Un día, en una reunión de negocios, conoce a Sofía, una mujer independiente y segura de sí misma, que desafía todas sus creencias preconcebidas. A diferencia de las mujeres que ha conocido antes, Sofía no se deja impresionar por la riqueza o el estatus de Carlos. En cambio, lo desafía a ver más allá de las apariencias y a valorar el amor verdadero por encima de todo.

A medida que Carlos y Sofía comienzan a pasar más tiempo juntos, él comienza a darse cuenta de que el amor va mucho más allá de la superficie. A través de su relación, aprende a apreciar las cualidades únicas de Sofía: su inteligencia, su bondad y su capacidad para amar incondicionalmente. A medida que profundizan su conexión emocional, Carlos se da cuenta de que ha estado buscando el amor en los lugares equivocados todo este tiempo.

Sin embargo, su relación se ve desafiada cuando Carlos se enfrenta a la presión de sus amigos y colegas, quienes lo instan a buscar una pareja más "adecuada" según sus estándares superficiales. Pero Carlos se niega a renunciar a Sofía, sabiendo que ella es la persona con la que realmente desea estar, independientemente de lo que otros piensen.

Finalmente, Carlos se da cuenta de que el amor verdadero no se trata de cumplir con las expectativas de los demás, sino de seguir su corazón y estar con la persona que lo hace sentir completo. Con valentía, decide enfrentarse a sus propios prejuicios y luchar por su relación con Sofía, demostrando que el amor no tiene límites ni estándares predefinidos. Juntos, Carlos y Sofía descubren que el verdadero amor trasciende todas las barreras.

Historia Real: "EL LEGADO DE ROSALBA"

Coautor: González Bertel Elis Adriana con I-A 9-A

El sol se escondía tímidamente detrás de las montañas, tiñendo el cielo de tonos cálidos mientras caminaba por el sendero de tierra hacia mi casa. A cada paso, el peso de la preocupación se hacía más palpable en mis hombros. La semana había sido particularmente difícil, pero sabía que al llegar a casa, encontraría consuelo en la sonrisa reconfortante de Rosalba.

Desde que nos conocimos en aquel evento comunitario hace años, Rosalba se convirtió en una presencia constante en mi vida. Siempre estaba ahí, con sus palabras de aliento, sus abrazos reconfortantes y su sabiduría tranquila. A menudo me maravillaba de cómo podía entenderme tan bien, incluso cuando yo mismo no entendía mis propios pensamientos.

Rosalba era más que una amiga, era mi confidente, mi consejera y mi apoyo incondicional. No importaba la hora del día o la situación, siempre podía contar con ella para estar ahí. Sus palabras eran un bálsamo para mi alma y su presencia llenaba todos los espacios que otras personas no podían llenar.

Pero la vida tiene una manera cruel de arrebatar lo que más valoramos. Un día, recibí la noticia devastadora de que Rosalba había fallecido repentinamente. Sentí como si el mundo se desmoronara a mi alrededor. ¿Cómo podía ser posible que alguien tan vital, tan lleno de amor y luz, pudiera ser arrebatado de este mundo de manera tan injusta?

La pérdida de Rosalba dejó un vacío insondable en mi corazón. Ya no estaba para compartir sus sabios consejos ni para secar mis lágrimas en momentos de desesperación. Me sentía perdido, como si hubiera perdido una parte de mí mismo.

Pero a medida que pasaban los días, comencé a darme cuenta de que el legado de Rosalba vivía dentro de mí. Sus enseñanzas, su amor incondicional y su espíritu generoso seguían presentes, guiándome en cada paso del camino. Aprendí a encontrar consuelo en los recuerdos que compartimos y a llevar su luz conmigo, incluso en los momentos más oscuros.

Aunque ya no estaba físicamente presente, Rosalba seguía siendo mi roca, mi inspiración y mi ángel guardián. Y aunque su partida dejó un hueco imposible de llenar, su amor perduraría para siempre en mi corazón, recordándome que incluso en la oscuridad más profunda, siempre habría un rayo de esperanza brillando en el horizonte


Cuento: "El Espíritu de los Arroyos"
Coautor: Ronald David Chamorro Con I-A 7-B

En el verde valle de Macayepo, donde los aguacates crecen entre arroyos cristalinos y las leyendas antiguas aún susurran en el viento, vivía un hombre conocido por todos como El Risita. Su risa era tan peculiar que resonaba entre las colinas y los campos, una melodía constante que acompañaba el murmullo de las aguas y el canto de los pájaros.

El Risita era un alma libre, un espíritu errante que encontraba alegría en las cosas más simples. No había un alma en Macayepo que no conociera su figura delgada y ágil, siempre en movimiento, siempre riendo. Los niños lo seguían, esperando escuchar sus historias fantásticas, mientras que los adultos lo miraban con una mezcla de afecto y desconcierto.

Pero no todos apreciaban la risa de El Risita. Había uno, un hombre de corazón amargo y mirada fría, que detestaba aquel sonido. Lo consideraba una burla, un desafío a la solemne tranquilidad de Macayepo. Y así, movido por un rencor incomprensible, este hombre trazó un plan siniestro para silenciar a El Risita para siempre.

Una noche, cuando la luna colgaba baja en el cielo y una neblina espesa se arrastraba por el suelo, El Risita caminaba por su sendero favorito, riendo a carcajadas de alguna ocurrencia que solo él entendía. Fue entonces cuando la tragedia golpeó, tan rápida y silenciosa como una sombra. El Risita cayó, y con él, su risa.

La noticia de su muerte se esparció como un viento gélido, llevando luto a cada rincón de Macayepo. Pero incluso en la tristeza más profunda, algo extraño ocurrió. La risa de El Risita no se apagó; en cambio, se convirtió en parte del lugar, un eco eterno que recordaba a todos la alegría pura y la libertad que él había representado.

Y así, El Risita se convirtió en una leyenda más de Macayepo, un espíritu risueño que, se dice, aún se puede escuchar en el murmullo de los arroyos y el susurro de las hojas. Porque en Macayepo, algunas historias de miedo terminan siendo relatos de esperanza y recordatorios de que la alegría, una vez liberada, nunca muere realmente.


Cuento: Título: Golpes de Esperanza

Coautor: Florez Villero Moises David 9-C con I-A

En las calles polvorientas de un barrio olvidado, donde los sueños parecían tan desgastados como el asfalto, vivía un joven llamado Gabriel. Desde pequeño, Gabriel encontró en las peleas callejeras una salida a la frustración que le generaba la vida en un lugar donde las oportunidades brillaban por su ausencia. Cada golpe que daba era un grito silencioso, una forma de decir "estoy aquí" en un mundo que parecía ignorarlo.

Pero lo que empezó como un acto de rebeldía se transformó en una pasión. Gabriel descubrió que más allá de la violencia, había arte en el movimiento, estrategia en el combate y honor en la disciplina. Con cada pelea, su técnica mejoraba y su nombre comenzaba a ser conocido no por ser un problemático, sino por ser un luchador con potencial.

Un día, mientras entrenaba en un parque, un ex boxeador profesional lo vio moverse con una gracia que desmentía su entorno. Este hombre, Don Ernesto, había visto muchos jóvenes perderse en las calles y sabía que Gabriel tenía el fuego necesario para llegar lejos. Se acercó a él y le ofreció entrenarlo, no solo en el boxeo, sino en la vida.

Bajo la tutela de Don Ernesto, Gabriel aprendió que cada golpe que recibía era una lección y cada golpe que daba, una oportunidad para crecer. Transformó su ira en fuerza, su impaciencia en perseverancia y su dolor en motivación. Las calles se convirtieron en su primer ring, donde aprendió a mantenerse en pie a pesar de las caídas.

Con el tiempo, Gabriel dejó las peleas callejeras para entrar al gimnasio, intercambiando los puños al aire por guantes de boxeo y las miradas desafiantes por el respeto de sus compañeros. Su fama de peleador callejero se desvaneció para dar paso a la de un boxeador prometedor.

La disciplina que una vez usó para sobrevivir en las calles ahora lo llevaba a competir en los cuadriláteros más prestigiosos del país. Con cada victoria, Gabriel no solo se acercaba a su sueño de ser un campeón mundial, sino que también se convertía en un símbolo de esperanza para aquellos que, como él, habían nacido en la adversidad.

La historia de Gabriel es un testimonio de que, a veces, los golpes de la vida pueden convertirse en golpes de esperanza, y que incluso en las calles más duras pueden florecer los sueños más hermosos.

Cuento:  El Latido de Nueva Esperanza

Coautor: Victoria Mendoza 9-C con I-A

En el pequeño pueblo de Sincelejo en el colegio “Nueva Esperanza”, donde las calles se llenaban de risas infantiles y los atardeceres teñían de oro los campos de maíz, dos niños, Verónica y Brayan, comenzaron una amistad que con el tiempo se convertiría en la más dulce de las historias de amor.

 Desde que eran apenas unos niños en el colegio Nueva Esperanza, Verónica y Brayan compartían todo: los juegos en el recreo, los secretos susurrados bajo la sombra de los árboles y las travesuras que solo los corazones puros de la infancia pueden concebir. Crecieron juntos, aprendiendo uno del otro, riendo y soñando sin darse cuenta de que, con cada día que pasaba, un inmenso amor florecía en sus corazones.

 Verónica, con su cabello como cascadas de chocolate y su sonrisa que iluminaba hasta el rincón más oscuro, veía en Brayan a su héroe de cuentos, siempre valiente y con una bondad que desbordaba cualquier expectativa. Brayan, por su parte, encontraba en Verónica la paz y la alegría que solo su presencia podía brindarle, con su risa que resonaba como música en sus oídos.

 A medida que los años pasaban, ese cariño infantil se transformó en un sentimiento más profundo, más intenso. Pero con la llegada de la adolescencia, también llegó la timidez, ese miedo a romper la magia que los envolvía. Se robaban miradas que decían más que mil palabras, sus manos se rozaban "accidentalmente" provocando chispas que ninguno de los dos podía explicar, y sus corazones latían al unísono cada vez que estaban cerca.

 Un día, ya no pudieron más. Fue Brayan quien, impulsado por un coraje nacido del temor a perderla, decidió declarar su amor. Bajo el viejo roble del patio del colegio, donde tantas veces habían compartido secretos, Brayan tomó las manos de Verónica entre las suyas, y con una voz temblorosa pero sincera, le confesó todo lo que sentía.

 "Verónica, no sé cómo decir esto sin que suene a un sueño, pero te amo. Te he amado desde que puedo recordar, y cada día que pasa, mi amor por ti solo crece. No quiero pasar otro día sin que sepas lo importante que eres para mí."

 Verónica, con lágrimas brillando en sus ojos como diamantes, le respondió con un susurro que llevaba el peso de años de amor contenido.

 "Brayan, mi querido Brayan, yo también te amo. Siempre lo he hecho. Eres mi mejor amigo, mi luz en la oscuridad, y mi corazón es tuyo desde hace mucho tiempo."

 Y así, bajo la sombra protectora del roble, se selló una promesa de amor eterno. Verónica y Brayan, ya no solo amigos sino almas gemelas, comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas, juntos, con la certeza de que su amor, nacido en los pasillos del colegio Nueva Esperanza, sería su guía a través de los años venideros.


Cuento: Título: La Silueta de la Medianoche

Coautor: Jhon Fredy Feria Márquez 9-C con I-A

En un tranquilo suburbio de Sincelejo, la familia Gómez vivía una vida apacible y sin sobresaltos. Tenían un hijo único, Santiago, un niño de ocho años con una peculiar costumbre: cada noche, a la una de la madrugada, se levantaba como un reloj para beber agua. Su habitación, adornada con estrellas que brillaban en la oscuridad, era su santuario personal, un lugar donde los sueños y la realidad se entrelazaban.

Una noche, como cualquier otra, Santiago se despertó sintiendo la boca seca. Se deslizó fuera de las sábanas y caminó descalzo hacia la cocina. El silencio de la casa era profundo, roto solo por el suave tic-tac del reloj de pared. Pero esa noche, algo era diferente. Un sonido extraño, un susurro apenas audible, flotaba en el aire. Santiago pensó que era la brisa nocturna jugando con las hojas del árbol de mango en el jardín.

Curioso y sin miedo, Santiago se aventuró hacia la sala, esperando encontrar la ventana abierta o una rama desprendida. Sin embargo, lo que vio lo dejó paralizado. Frente a él, bajo el tenue resplandor de la luna que se colaba por las persianas, había una silueta. Era alta, con la forma de un humano, pero su contorno era borroso, como si estuviera hecho de humo y sombras.

El corazón de Santiago latía con fuerza, su piel se erizó y una sensación de frío recorrió su espina dorsal. Quiso gritar, llamar a sus padres, pero su voz se había esfumado, atrapada en su garganta. La cabeza le daba vueltas, y sentía como si se expandiera, amenazando con estallar por el terror que lo consumía.

La silueta se movió, un gesto fluido y etéreo, y Santiago sintió que algo cambiaba en el aire, una carga eléctrica que precedía a la tormenta. Y entonces, sin previo aviso, la figura se desvaneció, dejando tras de sí un eco de susurros que se perdieron en la oscuridad.

Al día siguiente, la cama de Santiago estaba vacía. Sus padres lo buscaron por toda la casa, en el jardín, en las calles cercanas, pero no había rastro de él. La única señal de que algo inusual había ocurrido era un vaso de agua en la sala, lleno hasta la mitad y rodeado de un frío antinatural.

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. La desaparición de Santiago se convirtió en una leyenda urbana, una historia susurrada en las esquinas y contada con miedo durante las noches de insomnio. Algunos decían que había sido llevado por un espíritu errante, otros que había cruzado un umbral a otro mundo. Pero lo cierto es que de Santiago, el niño que se levantaba a la una de la madrugada, nunca más se supo.

Cuento: El Secreto de las Galletas de Chepacorina

Coautor: Stiven Manuel Arrieta Arrieta, (Caminando) con I-A

En la encantadora ciudad del Carmen de Bolívar, donde el aire vibraba con el aroma de aguacates maduros y chicharrones recién preparados, vivía una anciana llamada Doña Rosa, conocida cariñosamente como Chepacorina. Ella era famosa en toda la región por sus exquisitas galletas, cuya receta había sido un secreto bien guardado durante generaciones.

Un día, un joven viajero llamado Diego se detuvo en la ciudad del Carmen de Bolívar en su camino hacia Cartagena. Después de probar los deliciosos chicharrones y aguacates frescos en el parador local, escuchó hablar de las legendarias galletas de Chepacorina. Intrigado, decidió buscar a la misteriosa anciana y descubrir el secreto detrás de sus famosas galletas.

Con la ayuda de los lugareños, Diego finalmente encontró la humilde casa de Chepacorina, ubicada en un tranquilo rincón de la ciudad. La anciana lo recibió con una cálida sonrisa y lo invitó a su cocina, donde el aroma tentador de galletas recién horneadas llenaba el aire.

Diego observó con admiración cómo Chepacorina mezclaba los ingredientes con gracia y destreza, pero cuando le preguntó sobre la receta secreta, la anciana solo sonrió misteriosamente y le pidió que esperara.

Mientras las galletas se horneaban lentamente, Chepacorina compartió la historia de su familia y cómo habían llegado a poseer la receta de las galletas. Resultó que las galletas no solo eran deliciosas, sino que también tenían un propósito especial: cada una contenía un deseo de buena fortuna para quien la comiera.

Inspirado por la historia, Diego decidió ayudar a Chepacorina a compartir su don con el mundo. Juntos, prepararon grandes lotes de galletas y las repartieron entre los viajeros que pasaban por la ciudad del Carmen de Bolívar.

Con el tiempo, la fama de las galletas de Chepacorina se extendió más allá de las fronteras de la ciudad, convirtiéndose en un símbolo de amabilidad y generosidad. Y aunque el secreto de la receta nunca fue revelado por completo, la magia de las galletas perduró para siempre en el corazón de quienes las probaron.

Y así, mientras Diego continuaba su viaje hacia Cartagena, llevaba consigo no solo el sabor dulce de las galletas, sino también la dulce memoria de la ciudad del Carmen de Bolívar, la tierra de las galletas de Chepacorina, el aguacate y los chicharrones.


Cuento: El Misterio de los Diabolines de Corozal

Coautor: Javier Arrieta Madrid (Caminando) con I-A

En las pintorescas calles de Corozal, una ciudad encantadora en el departamento de Sucre, se encontraba la famosa panadería "El Rincón del Sabor". Allí, los diabolines, unos pasabocas saladitos y crujientes, eran el orgullo de la ciudad y la delicia de locales y visitantes por igual.

En esta ciudad donde el sol parecía bailar sobre los techos de colores vivos y la música resonaba en cada esquina, vivía una joven llamada Ana, cuya familia había sido propietaria de la panadería durante generaciones. Ana era conocida por su habilidad para hornear los diabolines más deliciosos, una receta que había sido transmitida de padres a hijos durante siglos.

Pero un día, justo antes del inicio del famoso Carnaval de Corozal, los diabolines de la panadería empezaron a desaparecer misteriosamente. Ana y su familia estaban desconcertados y preocupados, ya que la época del Carnaval era una de las más concurridas del año, y los diabolines eran una atracción principal.

Decidida a resolver el misterio, Ana se embarcó en una investigación por toda la ciudad. Con la ayuda de su amiga Sofía, recorrió las bulliciosas calles del mercado, interrogando a vendedores y buscando pistas sobre el paradero de los diabolines perdidos.

Pronto, descubrieron que un grupo de traviesos niños de la ciudad había estado merodeando por la panadería, atraídos por el irresistible aroma de los diabolines. Pero en lugar de robarlos, habían estado llevando los pasabocas a los ancianos y enfermos de la ciudad, que no podían permitirse comprarlos.

Conmovida por este acto de bondad, Ana decidió organizar una gran fiesta de Carnaval en la plaza principal de Corozal, donde todos estaban invitados a disfrutar de los diabolines de "El Rincón del Sabor", sin importar su situación económica. La noticia se extendió rápidamente por toda la ciudad, y pronto la plaza estaba llena de risas, música y el dulce aroma de los diabolines.

En medio de la celebración, Ana se dio cuenta de que, aunque los diabolines eran deliciosos, lo más importante era compartirlos con aquellos que más lo necesitaban y difundir la alegría y la generosidad que definían a su querida ciudad de Corozal.

Y así, mientras el Carnaval de Corozal llegaba a su fin, Ana entendió que los verdaderos tesoros de la ciudad no estaban en sus deliciosos pasabocas ni en sus festividades coloridas, sino en la amabilidad y la solidaridad de su gente.


Canción: "Grito de la Tierra"

Coautor: Javier Bertel (Caminando) con I-A

[Intro: Guitarra eléctrica]

(Verse 1) En la cima de una montaña, escuché un susurro, El eco del bosque, el grito del mundo. El río llora, los árboles arden, Nuestra madre tierra, ¿por qué la perdemos?

(Chorus) ¡Grito de la Tierra! ¡Despierten, humanos! Nuestra casa se desvanece, ¿no escuchan su llanto? ¡Grito de la Tierra! ¡Despierten, humanos! Antes de que sea tarde, antes de que todo se pierda.

(Verse 2) En la brisa del océano, siento su dolor, El plástico flota, la vida se ahoga. Las aves migran, sin un lugar para anidar, ¿Hasta cuándo ignoraremos su llamado?

(Chorus) ¡Grito de la Tierra! ¡Despierten, humanos! Nuestra casa se desvanece, ¿no escuchan su llanto? ¡Grito de la Tierra! ¡Despierten, humanos! Antes de que sea tarde, antes de que todo se pierda.

(Bridge: Solo de Guitarra)

(Verse 3) En la noche oscura, las estrellas se apagan, La contaminación oculta su brillo ancestral. El viento grita, la tierra tiembla, ¿Cuándo aprenderemos a ser parte del ciclo natural?

(Chorus) ¡Grito de la Tierra! ¡Despierten, humanos! Nuestra casa se desvanece, ¿no escuchan su llanto? ¡Grito de la Tierra! ¡Despierten, humanos! Antes de que sea tarde, antes de que todo se pierda.

(Outro) El grito de la Tierra, una llamada de auxilio, Escuchemos su eco, antes de que nos hunda en el vacío.


Título: "De Sincelejo a Ciudad de México: El Viaje de un Futbolista"

Coautor: Jesus Fernando Donado Romero (Caminando) con I-A

En el vibrante barrio de La Gran Colombia, en la soleada ciudad de Sincelejo, vivía Miguel, un joven apasionado por el fútbol. Desde que era un niño, Miguel pasaba horas en las calles polvorientas del barrio, pateando un balón desgastado con sus amigos, soñando con un futuro en el mundo del fútbol profesional.

A pesar de los desafíos que enfrentaba en un barrio marcado por la adversidad económica, Miguel nunca perdió la esperanza ni dejó de perseguir su sueño. Su talento natural en el campo no pasó desapercibido, y pronto fue reclutado por un equipo juvenil local.

Con cada partido, Miguel demostraba su destreza y habilidad, atrayendo la atención de entrenadores y cazatalentos. Su velocidad, agilidad y visión de juego lo convirtieron en un jugador destacado en su categoría, y su sueño de convertirse en un futbolista profesional comenzaba a tomar forma.

Un día, mientras entrenaba en el campo del barrio, Miguel recibió una noticia que cambiaría su vida para siempre: ¡había sido seleccionado para unirse a un programa de intercambio deportivo en la Ciudad de México! La emoción y la incredulidad se apoderaron de él mientras asimilaba la noticia. Por fin, su sueño de conocer la Ciudad de México y jugar al fútbol en un escenario más grande estaba a punto de hacerse realidad.

Con el apoyo y los buenos deseos de su familia y vecinos del barrio, Miguel partió hacia la Ciudad de México, con el corazón lleno de esperanza y determinación. A medida que el avión descendía sobre la vasta metrópoli, sus ojos se llenaron de asombro al contemplar los rascacielos y las luces centelleantes que se extendían hasta el horizonte.

Al llegar al centro de entrenamiento del equipo en la Ciudad de México, Miguel se encontró con jugadores de todo el país, cada uno con su propia historia y sueños. A pesar de la competencia feroz, Miguel se esforzó al máximo en cada sesión de entrenamiento, decidido a demostrar su valía en el campo y hacer honor al nombre de su barrio.

Con el tiempo, su arduo trabajo y dedicación dieron sus frutos, y Miguel se ganó un lugar en el equipo juvenil de élite de la Ciudad de México. Su habilidad para driblar, su resistencia incansable y su pasión por el juego lo convirtieron en un jugador indispensable para su equipo.

Finalmente, el día tan esperado llegó: Miguel fue convocado para representar a su equipo en un torneo internacional en suelo mexicano. En medio de lágrimas de alegría y abrazos emocionados, Miguel se dio cuenta de que su sueño de conocer la Ciudad de México y jugar al fútbol en un escenario más grande había sido realizado.

Y así, mientras pisaba el césped del estadio lleno de espectadores, con los colores de su equipo en el pecho y el nombre de su barrio en su corazón, Miguel recordó el viaje que lo había llevado desde las calles de La Gran Colombia en Sincelejo hasta la majestuosa Ciudad de México, donde el amor por el fútbol había hecho posible lo imposible.

Cuento "El Silbón"

Coautor; Paula Andrea Bedoya Villero (Camninado) con I-A

En un pequeño pueblo rodeado de densos bosques y misteriosas leyendas, se contaba la historia de una figura temida por todos: El Silvón. Este ser, cuya presencia se manifestaba siempre a las tres de la madrugada, era portador de un terror indescriptible.

Dicen que cuando el viento soplaba suavemente entre los árboles y se escuchaba un silbido lejano, era señal de que El Silvón estaba cerca. Su silbido, agudo y penetrante, resonaba en los oídos de quienes lo escuchaban, helando la sangre y erizando la piel.

Una noche, un joven llamado Mateo se encontraba solo en su casa, leyendo junto a la chimenea. De repente, el reloj marcó las tres de la madrugada y un escalofrío recorrió su espalda al escuchar el característico silbido de El Silvón. Se levantó lentamente de su silla, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.

El sonido se acercaba cada vez más, y Mateo podía sentirlo resonar en sus oídos como si estuviera justo detrás de él. Su piel se erizaba y su cabeza parecía crecer con el miedo que lo invadía. Cerró los ojos con fuerza, esperando que la presencia maligna se desvaneciera.

Pero cuando los abrió, se encontró cara a cara con El Silvón. Una figura alta y oscura, con un saco en la espalda que parecía contener los secretos más oscuros del bosque. Mateo quedó petrificado, incapaz de moverse mientras El Silvón extendía una mano hacia él.

Con un último esfuerzo, Mateo logró romper el hechizo paralizante y huyó de la casa, corriendo a través del pueblo en busca de ayuda. Desde entonces, nadie volvió a ver a Mateo, y se dice que su espíritu aún deambula por el bosque, atrapado para siempre en el saco de El Silvón.

Y así, la leyenda de El Silvón continuó acechando las noches del pueblo, recordándoles a todos que el miedo puede manifestarse en las formas más oscuras y terroríficas.


Cuento: La Lección del Señor Piña

Coautor: Carolina Esther Blanco Castillo

En un pequeño pueblo rodeado de colinas y campos verdes, vivía una niña llamada Sofía. Desde que tenía memoria, había visto a un hombre extraño de barba larga y ropa desaliñada que deambulaba por las calles. Se le conocía como el señor Piña, debido a su aspecto un tanto áspero y su parecido con la fruta.

Para Sofía, el señor Piña era una figura aterradora. Cada vez que lo veía, su corazón se aceleraba y un escalofrío recorría su espina dorsal. Tenía miedo de acercarse a él, convencida de que le haría daño.

Con el tiempo, Sofía creció, pero su temor al señor Piña persistió. Evitaba pasar cerca de él y siempre lo observaba con cautela desde lejos. Sin embargo, a medida que pasaban los años, Sofía comenzó a notar algo diferente. A pesar de su apariencia descuidada, el señor Piña nunca parecía hacerle daño a nadie. De hecho, a menudo lo veía ayudando a los vecinos con tareas pequeñas, como llevar bolsas de compras o recoger basura del suelo.

Un día, mientras observaba al señor Piña desde su ventana, Sofía notó algo triste en su mirada. Se dio cuenta de que, detrás de su apariencia tosca, había una persona con sentimientos y una historia propia. Decidió que era hora de superar su miedo y conocer al hombre detrás de la barba.

Con valentía, Sofía se acercó al señor Piña y entabló una conversación. Para su sorpresa, descubrió que era un hombre amable y gentil, con una voz suave y cálida. Hablaron durante horas, compartiendo historias y risas.

Poco a poco, Sofía comenzó a comprender que el miedo que sentía hacia el señor Piña no estaba justificado. Era solo su apariencia la que le provocaba temor, y había estado juzgando al hombre por su aspecto externo.

Con el tiempo, el señor Piña quedó abandonado por su familia y terminó en un asilo para ancianos. Pero a diferencia de antes, Sofía lo visitaba regularmente, llevándole libros, comida y, lo más importante, compañía.

Y así, Sofía aprendió una lección importante: nunca juzgues a alguien por su apariencia. Detrás de cada rostro hay una historia, y a veces, las personas más inesperadas pueden tener un corazón de oro.


Cuento: "EL PERRO DE LA MEDIA NOCHE"

Coautor: Yadid Corzo Contreras - Caminando Con I-A

En el corazón del departamento del Magdalena, se encontraba el pintoresco pueblo de Aracataca, conocido por su río sereno que serpenteaba a través de sus verdes campos y sus imponentes árboles de palmeras. Estas palmeras no solo embellecían el paisaje, sino que también eran la fuente principal del aceite que abastecía a toda la región.

A pesar de su aparente tranquilidad, Aracataca ocultaba un oscuro secreto que mantenía a sus habitantes en vilo cuando caía la noche. Desde tiempos inmemoriales, circulaban historias sobre un perro negro, grande como un becerro, con ojos rojos como brasas encendidas. Este ser espectral, conocido como "El Perro de la Medianoche", era el terror de todos en el pueblo.

Los relatos de los ancianos decían que El Perro de la Medianoche aparecía siempre después del toque de queda, merodeando por las calles desiertas y los caminos rurales. Sus pasos resonaban como truenos y sus ojos ardían en la oscuridad, proyectando un miedo visceral en cualquiera que se cruzara en su camino. Se decía que perseguía sin piedad a quienes se aventuraban a desafiar la noche, y aquellos que no lograban escapar de sus fauces eran arrastrados hacia el bosque, desapareciendo para siempre sin dejar rastro.

Una noche, un joven valiente llamado Santiago decidió que ya era hora de enfrentar sus miedos y resolver el misterio que asolaba a Aracataca. Armado con una linterna y una pequeña cruz de plata, se aventuró por las calles desiertas al sonar la medianoche. El aire estaba cargado de tensión, y el silencio era roto solo por el suave murmullo del río.

De repente, un par de ojos rojos emergieron de la oscuridad. Santiago sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero no retrocedió. El Perro de la Medianoche se materializó frente a él, más imponente y terrorífico de lo que había imaginado. Con un gruñido que resonó como un trueno, el perro cargó hacia él.

Santiago mantuvo su firmeza, alzando la cruz de plata y apuntando su linterna directamente a los ojos del monstruo. La luz pareció aturdir al perro por un momento, y Santiago aprovechó esa fracción de segundo para lanzar una plegaria. Contra todo pronóstico, el perro se detuvo, retrocediendo lentamente hasta desaparecer en la penumbra del bosque.

Desde aquella noche, El Perro de la Medianoche no volvió a aparecer. Los habitantes de Aracataca contaban con orgullo la historia de Santiago, el joven que enfrentó al terror nocturno y devolvió la paz al pueblo. Aunque el misterio de la criatura nunca fue resuelto del todo, el valiente acto de Santiago quedó grabado en la memoria colectiva, y Aracataca recuperó su tranquilidad bajo la luz de la luna.


Cuento "El Misterio del Mohan en Puerto Wilches"

Coautor: Santiago Dávila Montes Caminando - con I-A

En las tierras cálidas y fértiles de Santander, a orillas del majestuoso río Magdalena, se encontraba el pueblo de Puerto Wilches. Este pequeño pero vibrante pueblo vivía principalmente de la pesca, con los pescadores trabajando arduamente para capturar los peces que luego colgaban al sol para secarlos y venderlos en el mercado local.

Sin embargo, en Puerto Wilches, una inquietante historia circulaba entre sus habitantes, transmitida de generación en generación por los ancianos. Los pescadores comenzaron a notar que, misteriosamente, sus pescas colgadas desaparecían sin dejar rastro. No había señales de animales ni de ladrones humanos. La explicación que ofrecían los ancianos del pueblo era aún más inquietante: decían que un ser del río, conocido como "El Mohán", era el responsable de estos robos.

El Mohán, según las leyendas, era una criatura con una apariencia espeluznante. Tenía una cara puntiaguda y afilada, su cuerpo era pequeño pero ágil, y su cabello era largo y blanco como las nieves de las montañas. Sus uñas, largas y afiladas, eran perfectas para arrebatar los peces de las redes y cuerdas de los pescadores.

Una noche, un joven pescador llamado Andrés, harto de ver su arduo trabajo desvanecerse sin explicación, decidió que era hora de descubrir la verdad. Armado con una linterna y una red, se dirigió a la orilla del río donde colgaba su pesca. Se escondió entre los arbustos y esperó, decidido a enfrentar al ladrón nocturno.

Las horas pasaron lentamente, y el río Magdalena reflejaba la luz de la luna llena. De repente, Andrés escuchó un susurro suave y un leve chapoteo en el agua. Su corazón comenzó a latir con fuerza cuando vio una figura emerger del río. Era exactamente como lo describían las historias: una criatura pequeña con una cara afilada, cabello largo y blanco, y uñas relucientes a la luz de la luna.

El Mohán se movía con una agilidad sorprendente, trepando las cuerdas y tomando los peces con una destreza inquietante. Andrés, temblando de miedo pero decidido a no dejar que la criatura escapara, saltó de su escondite y lanzó su red hacia el Mohán. La criatura, sorprendida, emitió un chillido agudo y luchó contra la red, pero Andrés sostuvo firme, decidido a no dejarlo escapar.

Con un último esfuerzo, el Mohán logró zafarse de la red y desapareció en las aguas del Magdalena, dejando atrás una estela de espuma. Aunque no logró capturar al Mohán, Andrés había logrado verlo de cerca y confirmar la verdad detrás de las leyendas.

Desde esa noche, Andrés se convirtió en el héroe de Puerto Wilches. Los pescadores tomaron precauciones adicionales para proteger sus capturas, y aunque el Mohán seguía siendo una presencia misteriosa, la valentía de Andrés inspiró a la comunidad a no dejarse vencer por el miedo. Así, el pueblo de Puerto Wilches continuó prosperando, con sus historias y leyendas enriqueciendo la rica tradición oral de sus habitantes.


Cuento "El Misterio de El Cuero en Buenavista"

Coautor: Carlos Florez - Caminando con I-A

En el encantador pueblo de Buenavista, en el departamento de Córdoba, Colombia, la vida transcurría entre risas, bailes y el suave crujir de la caña flecha. Los habitantes de Buenavista eran famosos por su amabilidad y su amor por la fiesta. Los sombreros vueltiaos, tejidos con esmero y dedicación, eran el orgullo del pueblo y una fuente importante de ingresos para las familias.

Cada día, al caer la tarde, las plazas y calles de Buenavista se llenaban de música y alegría. Sin embargo, a medida que la noche avanzaba y el reloj se acercaba a la medianoche, una inquietante tensión comenzaba a apoderarse del pueblo. Los ancianos contaban una historia que helaba la sangre de quienes la escuchaban: a altas horas de la noche, se escuchaba un ruido estruendoso que llenaba de miedo a los habitantes. Este ruido, decían, era producido por "El Cuero", una criatura envuelta en un manto de misterio y terror.

El Cuero, según la leyenda, era una especie de piel grande y negra que flotaba en el aire, seguida por un enjambre de moscas que zumbaban incansablemente. El sonido de las moscas era tan aterrador que hacía que todos se refugiaran en sus casas, cerrando puertas y ventanas para evitar el encuentro con el espeluznante ser.

Una noche, un joven llamado Javier, conocido por su curiosidad y valentía, decidió desentrañar el misterio de El Cuero. Cansado de vivir con el miedo, se preparó para enfrentarse a lo desconocido. Armado con una linterna y un machete, se escondió cerca de los campos de caña flecha, dispuesto a descubrir la verdad.

La noche avanzaba lentamente, y el canto de los grillos se mezclaba con el murmullo del viento entre las cañas. De repente, un zumbido creciente empezó a llenar el aire. Javier sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero se mantuvo firme en su escondite. Entonces, lo vio: una figura oscura y flotante, rodeada por un enjambre de moscas, avanzaba lentamente por los campos.

Javier encendió su linterna y dirigió el haz de luz hacia la figura. El Cuero se detuvo, y por un momento, todo quedó en silencio. Luego, el zumbido de las moscas se intensificó, y la figura comenzó a moverse hacia él. Javier, con el corazón latiendo a mil por hora, levantó su machete y lanzó un grito desafiante.

Para su sorpresa, la figura se desvaneció en el aire, dejando solo el eco del zumbido de las moscas. Javier se quedó inmóvil, tratando de comprender lo que había ocurrido. Al día siguiente, compartió su experiencia con los habitantes de Buenavista. Los ancianos, impresionados por su valentía, concluyeron que El Cuero era un espíritu inquieto, quizás el alma de un antiguo trabajador de los campos de caña, que había encontrado la paz al ser enfrentado.

Desde aquella noche, el ruido estruendoso dejó de aparecer, y los habitantes de Buenavista pudieron disfrutar de sus fiestas sin temor. La historia de Javier y El Cuero se convirtió en una leyenda de valentía y determinación, contada en las noches de fiesta bajo las estrellas, mientras los sombreros vueltiaos seguían siendo tejidos con amor y esmero.

Cuento: "El Perro de Fuego de Santiago Apóstol".

Coautor: Oscar Javier Gamarra Cortez - Caminando - con I-A

En el tranquilo pueblo de Santiago Apóstol, las noches eran generalmente serenas y estrelladas. Las calles empedradas se llenaban de un suave murmullo del viento y el canto de los grillos. Los habitantes, amables y unidos, compartían historias y leyendas alrededor del fuego, disfrutando de la paz que su pueblo les ofrecía.

Una noche, dos hermanas, María y Carmen, decidieron dar un paseo nocturno después de una animada reunión familiar. Era tarde, pero el aire fresco y la tranquilidad del pueblo las invitaban a disfrutar de un paseo bajo la luz de la luna. Caminaban riendo y conversando, sintiéndose seguras en su querido Santiago Apóstol.

De repente, al doblar una esquina, ambas se detuvieron en seco. Frente a ellas, en medio de la calle desierta, apareció una figura que les hizo helar la sangre. Un perro enorme, de un tamaño descomunal, las observaba con ojos que parecían brasas ardientes. De esos ojos, salía fuego, iluminando la oscuridad con una luz siniestra. Cada vez que el perro daba un paso, un estruendo temeroso resonaba en el silencio de la noche, como si el suelo mismo temblara bajo su peso.

María y Carmen, paralizadas por el miedo, se miraron mutuamente buscando fuerzas. El perro avanzó lentamente, y con cada paso, el estruendo se hacía más fuerte, el fuego en sus ojos brillaba con mayor intensidad. Sin saber qué hacer, las hermanas comenzaron a retroceder, pero sus piernas parecían hechas de plomo.

De repente, una voz suave y cálida rompió el hechizo de terror. Era Doña Teresa, una anciana sabia del pueblo, conocida por sus conocimientos sobre lo sobrenatural y sus poderes curativos. Ella se acercó con calma y determinación, llevando en sus manos un rosario y un pequeño frasco de agua bendita. Con una oración en sus labios, Doña Teresa roció el agua bendita en dirección al perro.

El enorme perro se detuvo, y por un momento, el fuego en sus ojos pareció menguar. Doña Teresa continuó recitando sus oraciones, y el perro comenzó a retroceder, el estruendo de sus pasos disminuyendo con cada movimiento. Finalmente, el perro desapareció en la oscuridad, dejando tras de sí una paz restaurada.

María y Carmen, aún temblando, abrazaron a Doña Teresa, agradecidas por su intervención. La anciana las llevó de regreso a casa, asegurándoles que el perro no volvería a molestarlas. Les explicó que aquel perro era un espíritu inquieto, atrapado entre este mundo y el más allá, buscando redención.

Desde aquella noche, las hermanas nunca olvidaron lo que habían visto. Compartieron su experiencia con los habitantes de Santiago Apóstol, y la historia del perro de fuego se convirtió en una advertencia sobre el respeto y el cuidado por las fuerzas desconocidas que podrían habitar incluso los lugares más tranquilos.

Doña Teresa, con su sabiduría y valentía, se convirtió en una heroína local, y su historia fue contada en las noches estrelladas, recordando a todos que, incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay luz y esperanza si se tiene fe y valentía.


Cuento: "El Viaje de Valeria: De la Adversidad al Éxito"

Coautor: Emely Orozco Salazar - Caminando - Con I-A

En un pequeño y modesto pueblo de Colombia, vivía una niña llamada Valeria. Desde muy pequeña, Valeria había enfrentado una vida llena de desafíos y adversidades en su hogar. Su familia no le brindaba el amor y apoyo que necesitaba. Sus logros y esfuerzos nunca eran reconocidos, y en lugar de aliento, recibía indiferencia y, a menudo, palabras duras que la hacían sentir insignificante.

A pesar de las dificultades, Valeria tenía un espíritu fuerte y una determinación inquebrantable. Encontraba refugio en los libros, sumergiéndose en historias que la transportaban a otros mundos y le daban esperanza. Sus sueños eran grandes, y aunque su realidad era dura, nunca dejó de creer en un futuro mejor.

La única persona que realmente parecía entender y apoyar a Valeria era su tía Isabel. Isabel había emigrado a Canadá muchos años antes, pero mantenía un contacto cercano con su sobrina a través de cartas y llamadas telefónicas. Isabel sabía de las dificultades que Valeria enfrentaba y siempre le enviaba palabras de ánimo, recordándole que era fuerte y capaz de lograr grandes cosas.

Cuando Valeria cumplió 16 años, la situación en su hogar se volvió insostenible. Desesperada por ayudarla, su tía Isabel tomó una decisión valiente. Se ofreció a llevar a Valeria a Canadá para darle la oportunidad de empezar de nuevo y construir un futuro mejor. Con el apoyo de Isabel, Valeria dejó atrás su difícil pasado y emprendió el viaje hacia una nueva vida.

Llegar a Canadá no fue fácil. Valeria se enfrentó a la barrera del idioma, el frío desconocido y la sensación de estar en un lugar completamente nuevo. Sin embargo, con el amor y el apoyo constante de su tía, Valeria encontró la fuerza para adaptarse y prosperar. Se inscribió en una escuela local, dedicando largas horas al estudio y esforzándose por mejorar su inglés.

El camino no fue sin obstáculos. Hubo momentos de duda y frustración, pero Valeria nunca se rindió. Su determinación y su deseo de superar su pasado la impulsaron hacia adelante. Con el tiempo, no solo dominó el idioma, sino que también se destacó académicamente, ganándose el respeto y la admiración de sus maestros y compañeros.

Cuando llegó el momento de decidir su futuro profesional, Valeria eligió estudiar enfermería. Quería dedicar su vida a ayudar a los demás, inspirada por el amor y el cuidado que su tía Isabel le había brindado. Con esfuerzo y dedicación, Valeria logró ser aceptada en una prestigiosa universidad y se graduó con honores.

El día de su graduación, Valeria se subió al escenario para recibir su diploma, sintiéndose más fuerte y más feliz que nunca. Isabel, con lágrimas de orgullo en sus ojos, la aplaudía desde la primera fila. En ese momento, Valeria comprendió que, a pesar de todas las dificultades y el dolor que había vivido, había logrado superarse y convertirse en una persona increíblemente fuerte y compasiva.

La historia de Valeria es un testimonio de resiliencia y determinación. A pesar de un comienzo lleno de adversidades, encontró la fuerza para cambiar su destino, gracias al amor incondicional y el apoyo de su tía Isabel. Valeria demostró que, con valentía y perseverancia, es posible superar cualquier obstáculo y alcanzar los sueños más grandes.


Comentarios

  1. Para la historia de amor (el eco de un amor silenciado)
    Me pareció un historia muy pero muy bonita me gustó muchos y ojalá siga haciendo muchas historias más por qué tiene un bonito talento🥰

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  2. He leído los cuentos y canciones , me an gustado mucho , y más por qué es como una ayuda para componer y escribir

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  3. He leído todo y me parece excelente los cuentos y canciones

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  4. Hl evisto y leído todos los cuentos , poemas y canciones y la que me gustó fue esta es la única 👉canción reguetonera que es visto Canción "Luna y Sol" Ritmo Reguetón 👈esas fue la única el cuento que más me gustó fue este 👉Cuento " "El Encanto de Berrugas: Donde el Mar y la Amistad Se Encuentran"👈 ya eso fue lo que más me gustó de esta página bueno y otros hay gracias si llegaste hasta aquí 🤛

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  5. Hl e leído todos los cuentos y todos son muy buenos pero me gusto mucho un cuento q se llama el eco del amor

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  6. He leído todos los cuentos y todos son bastante buenos pero el que más me gustó fue El Valor de Aprender de la Vida

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  7. El cuento me encanto mucho por que es una niña que a pesar de todo quiere ser una persona exitosa

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  8. Este comentario es referido a "la gótita y su amiga"
    Me gusta porque se trata que la gótita se sentía sola y al tiempo consiguió a una amiga
    Después del tiempo la gotita y su amiga
    Juntas habían recorrido los cielos, bailando entre las nubes y jugando con los rayos del sol.

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  9. Este comentario es referido a "El valor de Aprender dé la vida"
    Me gusta porque hablá de qué debemos apreciar las cosas que nos dan nuestros padres y aprender a valorar el esfuerzo y el sacrificio qué hacen a diario para darnos lo mejor

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  10. He leído todos los cuentos y todos son bastantes buenos pero el que mas me gusto fue el de los sonidos del arrollo

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